miércoles, 3 de septiembre de 2025

Mar ¿Cómo no?

 El mar siempre será nuestra querencia, un anhelo permanente porque casi siempre hemos vivido en el centro de esta gran península. A menos de cien kilómetros de Archidona tenemos Mediterráneo para degustar y otro de los objetivos culturales del viaje era Vélez-Málaga que está muy cerca de un pueblo llamado Torre del Mar. Decidimos no entrar en lo cultural esa tarde para atalantarnos de mar.

Torre del Mar es un pueblo de urbanizaciones mirando al mar. También hay pisos altos y hoteles, pero sin encanto. Para pasar un verano tranquilo con espacio más barato que otros lugares pero no nos enamoró.

El plan es el de siempre ir a pisar el mar y caminar por la arena sentir la frescura, pero la arena de la playa no nos gustó, y el entorno construido tampoco. Afortunadamente por el camino inmediato antes de llegar había una prometedora autovía en la que Nerja quedaba a veinticinco minutos. Y Nerja nos gustó con su balcón de Europa y sus playas. Así que rectificamos y volvimos a tomar la autovía hacia un destino apetecible. Merecía la pena.

Esta escultura en una rotonda fue lo único que me motivó a sacar la cámara en el casco urbano.







 Esta es la playa de Torre del Mar. No apetecía ir con los pies descalzos sobre esta tierra fea. El hecho de que en ese atardecer tampoco hubiera gente en las hamacas que se alquilan transmitía una desolación y pocas ganas mejor gastarnos las tres o cuatro horas antes de dormir en desandar nuestros pasos y repasar Nerja. No hay por qué alimentar a los perdedores por el hecho de serlo; solo tenemos una vida.

Las playas de Nerja son cortitas
Mirad que luz más bonita, y el mar al fondo.

Mucho mejor gusto en la decoración urbana.

Y un hotel a bocajarro del mar. La fotografía la tiramos desde el famoso balcón de Europa.


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