Seguramente por eso las hice, para eso construyeron pedestales y erigieron estatuas de un escritor cuyo nombre ni recuerdo ni me interesará leer, porque no me sonaba y quizá no tengo tiempo de que me suene, pero ahí estaba hermoso en medio de una plaza desafiando a los rayos, a las cagadas de paloma, al olvido y a las pocas ganas de leer libros que trae este siglo.
Creo que esta foto ya la puse. El edificio con cúpula redonda de la izquierda es el hotel Astoria. No nos da para tanto.
Un buho mural sofisticadamente elaborado, con trampantojos.
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