martes, 6 de diciembre de 2022

Realidad y realidades

El pasado sábado por la tarde estuve paseando la bulliciosa ciudad de Plasencia después de visitar la exposición "Las Edades del Hombre". Mi mujer se metió a elegir unos zapatos en una zapatería; yo tengo mucha experiencia de hombre perchero, y hace años que decidí esperar fuera mientras ella dilucida, lo cual siempre me ha proporcionado al menos media hora de análisis sociológico de paseantes.En Béjar, donde vivimos, no hay de esto (una zona comercial populosa). Donde más he estudiado el paso de la gente ha sido en la calle Toro de Salamanca, pero llevamos 2 años y pico de Covid.

Entretanto, he visto un programa, (la que lo suele poner es mi mujer) que se llama Frist Dates, donde todas las noches varias personas interesadas en encontrar pareja se conocen y cenan juntos. Todos los días sacan cuatro o cinco parejas y ninguno de ellos de los que yo haya visto, ha dejado de salir una pareja de homosexuales o lesbianas, con lo cual admitimos que el 20 ó 25% de la sociedad española es homomosexual. De los que no lo son, hay mucha gente que tiene escandalosos tatuajes, peinados, pendientes, colgajos etc. El 90% de los que he escuchado hablan abiertamente de sus anteriores relaciones sexuales, y especifican cómo son en la cama, cosas que les gustan etc.

Pues no me fijé en que ninguno pasara por la calle el Sol de Plasencia el pasado sábado. Será que Plasencia es un pueblo, (aunque tenga 45.000 habitantes) o que son muy poco cosmopolitas o bastante estrechos los placentinos (no quiero insultar a nadie).

No. Lo que sucede es que la gente exhibicionista es la que se exhibe, y también la que da espectáculo. Una muchacha de 19 años que le cuenta a un chico de 24 (y a toda la audiencia) que ha tenido cuatro relaciones y ya sabe lo que le gusta en la cama y lo que no, da espectáculo a los mirones, que somos los que vemos la televisión. La mayor parte de la gente es reservada en estos temas, a bastantes españoles no les gusta que le fotografíen y no controlar su imagen, y se muestran el público convencionalmente más o menos, como hace veinte y hace cuarenta años, con sus modas y también con sus recatos.

El problema de ese y otros programas, que ni siquera me paro a ver, es que haya gente que piense que lo normal es lo de la tele y no lo de la calle. Creo que hay que salir a la calle. En la televisión manipulan la realidad porque lo que les interesa es vender. (Aparte de otros más oscuros intereses)

PD Un poco de conspiranioa. A determinadas facciones políticas les renta que "salga mucha gente del armario"  para combatir la homofobia a base de sobreexponer la homosexualidad. Quizá no esté mal pero en ello existe un matiz ideológico porque las derechas son muy reacias en estos temas, y una vez que alguien se posiciona sexualmente por televisión parece ganado para la causa de las izquierdas. (para siempre, además)

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