lunes, 28 de agosto de 2023

¡La madre que lo parió!

 Me olvidaba ya del impresentable Rubiales cuando me entero que su madre se ha metido en una iglesia a hacer una huelga de hambre, y nombra portavoz a una prima para que declare que exigen de la jugadora "que diga la verdad"

Pobre mujer: maleducó a este hijo que se agarra los huevos delante de la reina, y que dice que también agarra de la cabeza a sus tres nietas para darles "piquitos" o besos en la boca como el que ha visto todo el mundo.


El circo sigue; ahora hemos dado con la iglesia. Al cura de la parroquia ¿le parecerá bien que se den piquitos a jovencitas por hombres talluditos? porque a su jefe Francisco le parecen muy mal estas maneras de expresar afecto.

Ya lo escribí en mi anterior entrada: la presión que va a soportar ese hombre, incluídos estos actos espontáneos de su madre y su prima, (no puede ser tan tonto como para haber orquestado él todo esto) puede llegar a ser insoportable. En su pueblo ya han acampado periodistas de todas las cadenas y las ondas concéntricas de cada jugada se parecen a sunamis.

Al tiempo.

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