Solía decir con frecuencia un amigo mío.
No sé si serán los aniversarios o la película, ambas cosas, seguramente; pero está de moda Marylin Monroe, si es que alguna vez dejó de estarlo. Esta mañana escuché por la radio que sesenta años después seguía produciendo noticias.
Resulta que esta mujer sufrió mucho en la infancia el no haber tenido padre, aunque su madre sabía quién era y se lo indicó. Siendo ya Marylin famosa trató de ponerse en contacto con él por rellenar esa casilla sentimental nada más, pero aquel hombre rechazó el contacto escribiendo a la diva que siguiera buscando a su padre, que él no era y además tenía hijos y estaba felizmente casado, lo que -siguieron comentando por la radio- acumularía una desilusión más que se uniría a una violación que sufrió en la adolescencia, varios matrimonios, algún aborto no provocado, y los clásicos abusos sexuales por parte de los poderosos: se dice que le dijo a su amigo Truman Capote que había perdido la cuenta de todas las pollas que había tenido que tragarse en Hollywood...
A lo que iba, sigue generando noticias. La última, después de contrastar su ADN con los descendientes del padre que rechazaba su paternidad es que sí, que era su padre. ¡Qué bonito! La noticia se queda ahí: pobre mujer, ¡qué mal la trató su vida privada!
Pero he pensado después que estas cosas no son gratis y que los descendientes del padre irresponsable pueden tener ilusión romántica de presumir de ser hermana y sobrina de un ser tan adorable. Pero ¿quien paga la fiesta? es decir, el dinero que habrá supuesto eso de promover el desenterramiento de la actriz, llevarlo a cabo materialmente, extraer las muestras, hacer las pruebas.., con lo caros que son los abogados norteamericanos.
Pero ¡claro! es que Marylin sigue siendo una máquina de hacer dinero: sus grabaciones discográficas, sus películas, sus fotografías, su mismo nombre...
Pues eso, que acerté. No voy a seguir la noticia, no sea que me desmientan el acertijo, pero creo que los desdendientes del padre que no quiso ni verla ni siquiera cuando era famosa, han invertido una pasta para disputar los restos del naufragio de aquel mito a quien lo haya estado cobrando hasta ahora.
En fin, que la pobre Marylin quiso y no pudo tener padre como quiso y no pudo tener hijos, pero herederos no le han de faltar.
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