viernes, 18 de marzo de 2022

Misiles de largo alcance

 En 1985 ¿o sería en el 86? voté "no" a la OTAN. Como ganó el "sí", en las siguientes elecciones generales no fui a votar. Tal era mi beligerancia contra el hecho de ser parte de un bloque armado contra otro. No sé si he cambiado de opinión, pero la OTAN no me ha estorbado nada en este tiempo. Creo más (o descreo menos) en los valores occidentales de Europa y de Estados Unidos. Aunque a Estados Unidos no le perdono la invasión de Irak de 2003 y muchas otras, con lo que nunca le daría un cheque en blanco.

Pero Rusia es peor, al menos con su régimen autocrático actual. Hemos pasado por alto otras guerras, pero esta es una salvajada descomunal. Seguramente los medios de comunicación me estén manipulando algo con tanta información que no fue tan resaltada en anteriores ocasiones, pero creo que, efectivamente, esta es cuantitativamente más terrible y devastador. Me hace preferible estar bajo el paraguas de la OTAN y confesarlo públicamente, que nunca lo había hecho.

Pienso también que cuando yo voté "no" a la OTAN los misiles intercontinentales de Estados Unidos apuntaban a Kiev, Odessa, Jarkov, Mariupol y todas estas ciudades que nos estamos aprendiendo este mes. Desde el territorio de Ucrania, bajo el control de la URSS, seguramente había misiles intercontinentales que apuntaban a ciudades europeas o norteamericanas, quizá alguna española entre ellas.

Supongo que desde que Ucrania salió del control de la URSS, a la que poco después, según se nos ha contado, entregó los misiles allí emplazados, ya no habrá misiles norteamericanos apuntando a Kiev, y puede que alguno de los que salieron a bases de lanzamiento de Rusia apuntan ahora a Kiev.

Eso sí que es un cambio de pensamiento de la "cabeza" nuclear.

Como en la guerra civil española, estoy con la gente que sufre las guerras y nunca con quien las inicia. He modificado mi pensamiento, pero algo permanece firme: nunca he querido que cayeran bombas atómicas sobre ningún sitio, entonces sobre Kiev pesaba la amenaza de bombas desde Occidente, hoy pesa, y mucho más, la amenaza de bombas que vengan, y le están llegando, de Oriente.

parafraseando a Machado escribiré:

 Ucranito que al mundo vienes, te guarde Dios

una de las dos superpotencias nucleares ha de helarte el corazón.


Creo que he sobrepasado ampliamente la cuota de chistes malos asignada a cada artículo, pero es que la realidad es mala de verdad.

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