LA MALDAD Y LA FUERZA
Acabo de leer en una tira de noticia, de esas que pasan en
la televisión, que en España desde 2007 han sido condenadas 26 mujeres por
matar a sus hijos, y solo 24 hombres, a pesar de que el más famoso sea José
Bretón que mató e incineró a sus dos hijos hace una década.
Voy a pensar que la cifra, como casi todas, sea engañosa.
Que muchas de las condenas a mujeres sean por tirar un niño recién nacido a la
basura y que también sea posible que algunos asesinatos de hombres sobre sus hijos
no se hayan llegado a condenar porque se suicidaron inmediatamente y no se haya
hecho proceso judicial que terminara con condena al estar muerto el asesino.
El asunto viene porque una mujer que tenía que entregar la
custodia de su hija de seis años a su padre del que estaba divorciado la ha
(presuntamente) envenenado.
Yo había hablado ayer de esto con mi mujer pensando que la
proporción de mujeres que matan a sus hijos era bastante significativa frente a
la abrumadora cifra de maridos que matan a sus hijos y a sus mujeres. Y resulta
que según estas cifras, escogidas sin duda para llamar la atención, el
asesinato de los más débiles (en este caso los hijos) sería mayor en números
absolutos el realizado por mujeres.
Traigo a colación en el título la fuerza, los hombres matan
más porque son más fuertes pero las
mujeres matan igual a los más débiles niños: somos tan malos los unos como las
otras a idéntica cantidad de fuerza.
Yo he conocido mujeres malas, envidiosas, abusonas, retorcidas…
En general creo apreciar a mi alrededor que los hombres conservamos más amigos
(supongo que me dirán por la esclavitud de las tareas domésticas y el cuidado
de los niños) quizá –se dice. porque seamos más sanos de cabeza, más inocentes,
menos retorcidos. (Hay de todo, por supuesto que hay de todo) He conocido
también a hombres malos, abusones, envidiosos, y retorcidos.
Lo que quiero decir es que si fuéramos igual de fuertes,
seguramente iríamos empatados a crímenes “machistas”.
PD me apetece que leáis esta sentencia.
La ex-alcaldesa de Béjar, Elena Martín ha sido condenada por el Juzgado de Salamanca a dos años de cárcel por un delito de coacciones con el agravante de ser una autoridad e inhabilitación para el voto y ser cargo público por el mismo tiempo.
La sentencia dicta que queda acreditado que Elena Martín se excedió en sus funciones, con el agravante de cargo público, interfiriendo en la actuación de los policías municipales, que intentaban desalojar un local de la calle Mansilla donde se estaba celebrando una fiesta sin autorización, en la que estaban los hijos de algún concejal de su partido.
Según recoge la sentencia a la que tuvo acceso Ical, los hechos se remontan a la madrugada del pasado 14 de noviembre en un local de la calle Mansilla de Béjar, a donde acudió la exregidora municipal tras recibir una llamada de su compañero de equipo de Gobierno, el concejal de Deportes, cuyos hijos estaban en una fiesta en la que estaba interviniendo la Policía Local ante las quejas de los vecinos.
Una actuación iniciada sobre las 5.00 horas que los agentes agraviados asumieron al iniciar su turno a las 7.00 tras haber sido iniciada por los compañeros que les precedían.
Los jóvenes que se encontraban en el interior del local, además de molestar a los vecinos, también habían faltado el respeto a los agentes del turno de noche y se negaban a salir e identificarse. Cuando, por fin, la pareja de policías estaba tomando los datos de filiación de los que iban saliendo para cumplimentar las correspondientes denuncias administrativas, sobre las 9.30 horas llegó en su coche la alcaldesa.
«Os creéis Starsky y Hutch»
Según la sentencia, Martín, sin preguntarles nada, se dirigió hacia los agentes, debidamente uniformados, y prevaliéndose de su condición de alcaldesa para impedir que siguieran poniendo multas se dirigió a ellos, a voces, con expresiones reiteradas como «¡Dejad de escribir inmediatamente! ¡Es una orden! ¡Dejad de denunciar ahora mismo! ¡No se va a tramitar ninguna de estas denuncias!», tal y como refleja el documento judicial.
Los agentes reclamaron dicha orden por escrito y la exalcaldesa accedió, volviendo al coche. Sin embargo, regresó sin la orden y volvió a dirigirse a a los dos policías. «Estoy cansada de vosotros, siempre sois los mismos. Os pensáis que sois Starsky y Hutch, estáis tratando a estos niños como si fueran delincuentes, este es vuestro jefe y aquí están sus hijos», espetó, dirigiéndose al concejal de Deportes.
«Cada vez que estáis vosotros de noche hay problemas, os penséis que estáis en el Bronx, en vez de estar aquí teníais que estar donde sabéis que se están haciendo otras cosas, en la calle Libertad. Esto no va a quedar así, tomaré medidas contra vosotros», concluyó.
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