A Miguel Grillo Morales
Quiero cantar a la amistad internáutica, que no es eso de
los “amigos” que ponen su foto en el Facebook. Aprovecharé para
confesar que, a pesar de lo que había escrito, me hice de Facebook para poder
ver lo que escribía otro amigo, que decidió abrir cuenta en esa casa. Incluso
acabo de crear una especie de servicio público, un “grupo” llamado “FOTOS
ANTIGUAS DE CARDEÑOSA”. Pero ya no quiero aceptar más “amigos”, porque “amigos”
llevan a “amigos” y a más proposiciones
de amistad y a miles de informaciones que no me interesan, y que me puede agobiar, así que nadie se me
ofenda si no le añado, seguramente no será por él, sino por la “maraña” que
traen esas amistades consigo.
Lo mismo me pasa con Google + donde no soy consciente de
haber entrado, pero estoy y hasta tengo “amigos” o “me tienen en sus círculos”
(la última partícula de la palabra qué mal huele) .
Mi filosofía en este campo es servirme de lo que estos
poderosos medios ofrecen pero, dentro de lo posible, que ellos no me conviertan
en un monigote acorralado en sus manos, en su “red” (quien nos iba a decir que
una red, que es un artilugio agresivo -mortal- para quien está pescado en ella, sería algo positivo; pues se dice “en positivo” que internet es “La Red ”.)
Sin embargo, tengo, gracias a la gratuidad de internet, a la
inmediatez, y al gusto por compartir el pensamiento escrito que me proporciona
con creces el sencillo correo electrónico, un amigo al que probablemente nunca
abrazaré, ni siquiera nos daremos la mano. No habrá opción a que no nos gusten
nuestro olor, estatura, gestos o música de voz. La amistad, no sé si se puede llegar
a ser como los amigos a los que uno ha conocido en carne y hueso, se quedará en
la pura intelectualidad escrita. Sin embargo, no sólo es válida, sino que es
muy valiosa, esta amistad interoceánica.
(vuelvo a escribirlo, me cuesta creer que sea lo mismo que una amistad en carne
y hueso, habría que inventar otra palabra,
amistad parece demasiado sagrada para aplicársela a una pantalla y al
recuerdo de una foto) y quiero presumir de ello, porque se mantiene fluida
gracias a lo fácil que es, gracias a este adelanto casi gratuito. Si
anduviéramos de carteros y buzones, pagando franqueos, no podría: sería más
perezosa, no correría la savia, que corre y enriquece esta especie de injerto
intelectual que practicamos y que, sin duda, influirá en nuestra fruta de
pensamiento.
Y creo que escribo esto para que la gente me envidie, que tengo
un amigo de verdad por internet; y creo que es un lujo verdadero que no disfruta casi
nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario