En 1946 España estaba bloqueada por las potencias ganadoras de la II Guerra Mundial; y su sociedad plagada de viudas, lisiados y huérfanos por la guerra civil. Eran los años del hambre, frío, tifus, cartillas de racionamiento, estraperlo...
En ese momento tan poco propicio para despilfarrar los escasos recursos de que disponía el estado, podíamos encontrar a un oscuro funcionario transcribiendo a máquina un montón de fichas de soldados y oficiales republicanos. Quedaban bastantes décadas para que se inventaran las fotocopiadoras, y gastar entonces fotografías en reproducir estos documentos era inasumible para aquel estado policial. Pero, seguramente con varias clacas de papel de carbón para hacer varias copias que poder distribuir, se hacían fichas con la información de que
Elio González González,
natural de San Esteban del Valle,
Hijo de Florencio y Victoriana
Estatura 1,61
Pelo castaño,
Cejas negras,
Ojos regulares,
Nariz regular,
Barba redonda,
Boca pequeña
Color moreno.
Señas particulares: ninguna
Por si aparecía, que se supiera que el ejército republicano le había ascendido el 1 del 12 de 1936 a Teniente de Milicias (aunque llegaría a tener el grado de Capitán)
Así que era un rojo y había que detenerle. Podría aparecer intentando reintegrarse a la vida civil, cosa que no debía permitirse o podría aparecer en el monte con un fusil haciendo de maquis, cosa que debía exterminarse.
Pero, para esos fines, era un trabajo inútil: el 30 de diciembre de 1938 Elio había muerto en combate en Vall D’uxo. Lo mismo que muchos de los compañeros del fichero, que estaban igual de muertos, igual de inútilmente seguía percutiendo las teclas, un oscuro funcionario, de una oscura máquina de escribir.
Y para que conste, expido la presente en SALAMANCA a los 11 días del mes de Noviembre de mis novecientos cuarenta y seis.
PD: estas tardes estoy yendo a investigar al famoso archivo de Salamanca. Espero poder mostrar más hallazgos pronto.
Muchas gracias Juan por todas las molestias que te estas tomando. Me has dado una alegria mas si cabe. Un abrazo grandisimo. SILVIA
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