jueves, 22 de marzo de 2012

RESEÑA SOBRE "HISTORIA DE MAYTA"

Reseña sobre “Historia de Mayta”

Se trata de una novela no apta para ser leída por la noche al irse a la cama. A no ser que pretendamos exclusivamente la derrota que lleva a dormirse por cansancio. Pero entonces, se lleva uno también la confusión.

La razón para que se necesite estar bien despierto es que la historia tiene múltiples narradores que van revelando datos, los cuales se intercalan a veces sin cambiar siquiera de párrafo. En principio, está narrada en segunda persona por un compañero del colegio salesiano. Este hombre, a quien el lector identifica con el propio Vargas Llosa, trata de averiguar toda la peripecia vital un personaje misterioso que protagonizó un hecho importante veinte años atrás. Pero también está narrado en primera persona, porque se entrevera la propia peripecia del narrador para llegar a los entrevistados, junto a hechos actuales, (que entran en la conversación como si vinieran por la radio o la televisión que estuviera encendida mientras se escucha el relato del testigo), de una realidad, que además resulta paralela (aunque más real y más cruenta) a la que se pretende historiar. Sin solución de continuidad, la narración se hace onmisciente  contándonos pensamientos de los entrevistados, que no son parte de la entrevista. A veces, la declaración de los testigos de la vida de Mayta cruza otro umbral; el de revivir directamente como una intercalación cinematográfica los diálogos del testigo con el protagonista.

Me es inevitable relacionarlo con muchas películas: me parece la búsqueda del personaje de Marlon Brando en Apocalipse Now (aún no he acabado el libro, no sé si lo encuentra) recuerda también a Zellig de Woody Allen y a “Alfie” que protagonizó Michael Caine. También me recuerda al libro “El largo adiós” de Raymond Chandler.

Aún no he acabado el libro, pero persigo la cara de Alejandro Mayta, y hallo la de un Abimael Guzmán (líder máximo de la guerrilla de Sendero Luminoso) joven, porque esta historia, que es quijotesca, paródica, incruenta, parece como un ensayo germinal de la otra realidad más dura y sangrienta que se vivía en los años 80 en el Perú.

Y ahora se me viene la imagen de aquel líder tan temible encerrado por Fujimori en una auténtica jaula de fieras, que creo recordar que vino personalmente a descorrer el lienzo. Allí apareció un sujeto con un paradigmático traje a rayas horizontales que vociferaba sus alegatos que parecían rugidos, (al menos eso a mí me  quedó) la jaula estaba muy lejos de los periodistas llamados en rueda de prensa, no sé si alguien sacó algo inteligible.

PD. Supongo que si lo buscara en Youtube, (no voy a hacerlo) me parecería que no fue como yo lo estoy imaginando. Pero no me importa tanto la realidad como una lectura creativa de la novela, que relleno con mis imágenes almacenadas entre la distorsión y el relleno y el olvido.

Otra Posdata: en la narración de las violencias actuales, Vargas Llosa me resulta surrealista o del realismo mágico.

Hoy, 15 de marzo de 2012, desde mi casa, en ese mi recuerdo tergiversado, aquello de Sendero Luminoso parece talmente realismo mágico.



La última: al final se aclara todo, es un final raro. No lo destripo. La sensación que he tenido es ponerme con mucho placer otra vez al principio.

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