miércoles, 7 de marzo de 2012

CONVENIENCIA, COMODIDAD, HIPOCRESÍA

Yo siempre he sido contrario al aborto. Contrario moralmente, porque desde hace mucho tiempo comprendo que el Estado no puede ser dueño del cuerpo de las mujeres hasta el punto de mandarlas encarcelar si deciden liberarse, matando o mandando matar, quirúrgica o químicamente, a su feto.

Soy contrario moralmente porque también defiendo el valor de la paternidad. Eso que los padres “ponemos” para edificar físicamente a nuestros hijos se termina nueve meses antes de su nacimiento. Yo defiendo su importancia, aunque es mucho menor que la de una madre, que además, para mí, -voy a repetirlo- es soberana absoluta en su cuerpo.



Por algunas personas se ha dicho que el aborto es una cuestión de conveniencia de la mujer y que a la sociedad española (desde hace mucho tiempo tan deficitaria en niños) no le importaría incluso subvencionar el embarazo, el parto y sus semanas de convalecencia, para que haya más niños que puedan adoptar quienes no pueden tenerlos. Y que las abortistas son excesivamente cómodas no queriendo llevar a término su embarazo. Prefieren matar al feto, en lugar de entregar al niño en adopción.



Los socialistas en 1984 despenalizaron el aborto en tres supuestos “defensivos”: violación de la madre, taras del feto, y peligro para la salud física o psíquica de la madre. Esto último fue un “coladero”: ahí se apuntó toda la que quiso abortar. Por cierto, el Partido Popular, a pesar de haberse opuesto tenazmente en su día, con  un recurso previo de inconstitucionalidad que retrasó su aplicación, no se molestó en reformarlo en los ocho años que estuvo gobernando.



Ante el la realidad del “coladero” y para dar seguridad jurídica a mujeres y médicos hace unos años los socialistas de Zapatero aprobaron una “ley de plazo” que permite abortar libremente si se hace dentro de un determinado número de semanas. El aborto ya no era una intervención defensiva, ahora era ofensiva. La iglesia se opuso y el Partido Popular lo secundó – a mi juicio- sin mucho énfasis.

Entiendo a quienes quieren proteger la vida del feto. Hoy 5 de marzo, el ministro de justicia (hijo del diputado Ruiz- Gallardón que tomó en el 84 la bandera de oponerse al aborto de los tres supuestos) ha anunciado que a final de año se pondrá en marcha la reforma  que volverá a los tres supuestos. Volveremos, pues,  a la hipocresía y a los dictámenes de  “esta mujer está un poco desequilibrada psíquicamente y el nacimiento de un hijo no deseado va a acercarla a la locura”.



Lo que no entiendo, hoy cinco de marzo, son los plazos de conveniencia para iniciar la reforma de la ley. Si se considera -por quien lo promueve- que se están asesinando impunemente vidas humanas y hay que volver a protegerlas usando el derecho penal ¿por qué esperar casi un año para salvarlos? Todos estos crímenes consentidos ¿no deberían caer sobre la conciencia del ministro, del gobierno, de los diputados y de los votantes del partido popular?

Esto demuestra que el aborto,  más que una cuestión de conciencia, es una cuestión de hipocresía, conveniencia y comodidad.

2 comentarios:

  1. Es una frivolidad tendenciosa, por parte de los conservadores, acusar de frivolidad a las mujeres que abortan. Eso nunca se hace con alegría, siempre es desagradable.

    Si tenemos en cuenta el gran número de abortos naturales de embarazadas que desearían dar a luz, más el gran número de criaturas que nacen con malformaciones o graves enfermedades, llego a la conclusión de que el Dios de los cielos, el de los obispos, es el mayor abortista de su propia creación. Si alguien ha visto la sección infantil o de recién nacidos con enfermedades en un hospital, no tiene más remedio que preguntarse qué han hecho esos niños para merecer eso y por qué la naturaleza los condena de tal forma.

    La Iglesia o cualquier religión, con todos esos textos suyos "revelados por Dios", nunca conoció el mecanismo de la gestación hasta que los científicos se lo explicaron. El aborto nunca fue una gran preocupación de las religiones hasta que la ciencia les dijo cómo se hacían los hijos. ¿Asesina también la naturaleza hijos potenciales cada mes que una mujer tiene la regla?

    Hoy, también gracias a la ciencia, se sabe que cualquier célula porta la carga de cromosomas necesaria para generar nuevas personas, y la sociedad debate cómo asimilar éticamente la clonación o el uso de células madre y embriones.

    Con la cantidad de piezas que deben encajar para dar vida a un ser, más o menos, lo que entendemos por normal, lo raro es salir medio bien habiendo vencido las malas mutaciones. El porqué de la vida y la muerte siempre será un gran misterio. Ser y no ser van de la mano.

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  2. Cuando Gallardón habla de no sé qué especie de "violencia de género estructural" contra la natalidad, lo hace, paradójicamente, desde un Gobierno que nos dicta una reforma laboral que trae, en la práctica, el despido libre para cualquier mujer embarazada que perturbe la rentabilidad del empresario.
    A todas las parejas o a cualquier mujer seguro que les encanta tener hijos; pero ¿a qué precio, a qué mundo, con qué destino?
    Este "maravilloso" mundo neocon, mal llamado neoliberal, es tal, que puedes invertir en Fondos de Inversión basados en paquetes del negocio bancario "libre" de sus Planes y Fondos de Pensión, de tal forma que podrás obtener mayores beneficios si los pensionistas fallecen pronto. Esto, aunque parezca, no es broma. Su auténtico Dios es el Dios Mercado.
    Como decía Pablo Guerrero, todavía tiene que llover a cántaros.

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