lunes, 17 de julio de 2023

Fe, hormigón, planificación y mármol

Pienso en todos los obreros manuales, maquinistas, transportistas de material que han venido a trabajar a Fátima. Más en los primeros que fueran llegando en los años veinte: Una basílica quieren construir en estos tiempos. Muchos artesanos y algún artista para levantar el sueño de una aparición. Habría creyentes y recelosos, otros prácticos Mientras paguen... Y muchos sinceramente orgullosos de poder desarrollar su oficio de la manera más lucida, como los maestros del pasado.

¿De dónde vendría el dinero? De limosnas, de la diócesis, del estado deseoso de tener otra Lourdes otra Roma, otra Santiago de Compostela o Asís, ¿Por qué Portugal no? Hay una gran inversión, y necesita mucho mantenimiento, ¿estará amortizada?, ¿se conseguirá amortizar en el siglo XXI?

Verdaderamente no me interesan los pormenores, ahora hay muchos hoteles que nos sirvieron para dormir barato camino del mar. Supongo que harán su agosto en la Semana Santa, en Navidad, en la conmemoración de la Aparición, y próximamente, en las jornadas de la Juventud, donde este año viene a Portugal El Papa, aunque venga en silla de ruedas.

He escrito que hay mucho y buen arte contemporáneo mezclado con el clásico, pero todo a lo grande; como San Pedro del Vaticano, y no les ha costado una reforma y sus guerras de religión. 

¿Qué habría aquí  de no suceder el milagro? Un alcornocal, tierras de labor, urbanizaciones. Un milagro puso a este lugar en el mapa y nosotros, aparte de dormir y pegarnos un desayuno portugués, estuvimos tres horas haciendo sociología y recordando tiempos perdidos de la niñez. Otros nos han pagado parte del espectáculo de la excursión.








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