En este ardiente julio he visto heladerías cerradas, y pocas tiendas de recuerdos abiertas, con sus gallos cerámicos y paños de cocina esperando con poca fe.
Es muy triste para los que viven de ello, pero para nosotros no: no hay problemas para aparcar, ni para encontrar sitio en ninguna parte.
Y las fotos salen más paradisíacas.
Calle de la ciudad de Faro el domingo 26 de julio a media mañana
Playa de Berniche, en el cabo de San Vicente
un rincón de esa misma playa
no hice las fotos deliberadas para no sacar gente, es que no había más.
Otra playa vista desde la fortaleza de Sagres
Un poco más cerca.
Acantilados del Cabo de San Vicente. Arriba se ven unas personas de referencia.
Espumas y movimientos hipnóticos para los que somos de tierra adentro.
indescriptibles colores vírgenes, (este año más que ninguno en estas fechas)
Otra playa sin masa. Ni problemas para aparcar el coche en sus cercanías.
Termino, porque estoy abusando de fotos paradisíacas.
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