lunes, 16 de septiembre de 2019

Anonadado por Francia (una vez más)

Es mi tercera vez, y la más intensa en tiempo y en dedicación. Aunque se pueden hallar defectos a este gran país, las virtudes siempre van a aplastarlos.
Empezaré hoy a decir que como español en extinción me sorprendía de escuchar el griterío de los niños en los patios de las escuelas. Las francesas tienen muchos niños, el estado les incentiva económicamente y les dan toda clase de facilidades para la reproducción, y supongo que quedarse solo con una, como fue mi caso, está mal visto. Aún me sorprende con la baja natalidad que tenemos que deportivamente podamos vencer a Francia en algo, contando ellos además con una importante población africana.
Ilustraré la envidiable incentivación de la natalidad francesa:
En Nantes, desde arriba de su Castillo, robé esta pose familiar. Estos niños tienen con quien jugar en casa, los padres tendrán que preocuparse porque no se peguen pero la educación que reciban será distinta de los hijos únicos, sobrevigilados, sobreprotegidos, que se sienten el centro de la familia y se aprovechan de ello

Existen incentivos directos, (dinero para ser mamá) desgravaciones fiscales y atenciones de todo tipo
En el aparcamiento de un supermercado existe este beneficio, "plaza para la joven mamá" que ademas se la representa embarazada, a por el segundo.


No solo eso se ayuda a que no se pierdan franceses en las clínicas abortistas; hay dinero y apoyo para incentivar a las que duden
casa de asistencia maternal en Burdeos



Y para proteger a los niños de los atropellos en Angulema encontré esta curiosidad de que utilizan la bandera francesa para obligar a detenerse a los coches ante a los pasos de peatones.

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