miércoles, 25 de septiembre de 2019

Balta Cano, eslabón suelto buscando un sueño



foto :Luis Felipe Comendador

No se me ocurre una imagen más quimérica para definir este empeño. He cortado alguna vez una pequeña cadena con un cortafríos y sé lo duras que son, también he visto cortarlas con cizalla, con el tremendo latigazo que da el quebrantar su dureza. Un eslabón es algo bien duro, tosco, pesado, concreto, muy frío, al que solo se le puede asir con una cuerda resistente, o con un clavo o tornillo bien fijado a alguna parte. ¿Cómo va a maridar esto con un sueño?

Tengo una forma de ser que se acentúa con los años por la que me atosiga la intranquilidad del compadecimiento, por esto hoy  me apeo momentáneamete del prometido de mostraros mi acercamiento al finisterre más lejano que llegué por mis medios, Mont Sant Michel. Será para otro día.

Y es que cuando me atrapa el compadecimiento con alguien lo paso mal. Intento sacudírmelo antes de que me pille; actualmente abandono muchas películas cuando atisbo que alguien va a sufrir; he cambiado de canal en las últimas inundaciones de Levante; no quiero mirar para dentro en las tiendas que no venden, ni me paro casi nunca con los artistas callejeros.
Si sospecho que se me trepa algo de esto, pongo escudos como "yo no puedo salvar el mundo solo" o "a lo mejor tienes tú más que yo"  o "hay gente que se ha merecido estar así". No sé si es mi tacañería o la búsqueda de mi plácida tranquilidad para entretenerme, crear, o dormir sin esas presencias perturbadoras.

Conocí a Balta Cano por casualidad. Estaba un sábado por la mañana en la imprenta de Luis Felipe Comendador: pentacampeón de bastantes más de cinco tours de compadecimiento y solidaridad, quien desde que le conozco circula por el mundo con el piloto de la reserva encendido, buscando, trabajando y buscando más cómo se le rellene un poco un depósito para acercar a otra gente, que resultan ser siempre pozos sin fondo, cubos de agua que no sé si nutren o tan solo refrescan. Uno de tantos medio-fin de todo esto es Balta Cano, que regaló algunos días de solidaridad al solidario, buscando oportunidad como un maletilla, pagándose entradas a los toros para saltar al ruedo a fin de que alguien le descubra, o simplemente goce unos minutos, con los capotazos que sea capaz de dar, de algún aplauso del público que no le ha ido a ver.

Balta Cano es un poco obeso, por tanto tiene el físico opuesto al del torero Joaquín Sabina,  quien, después de su enésima muerte se nos escapa ahora a buscar aplausos y dinero a Buenos Aires con su socio Serrat, en una prórroga vital que no tiene más sentido que ver al Cid armado sobre su caballo.
Cuando yo oí cantar a Balta, un mes después de haberle conocido como otro rondador más de la Imprenta Solidaria, me sorprendió su arte y pensé en Sabina e inmediatamente calculé cuántos, que pudieron haber ayudado a crecer a Sabina y no lo hicieron, lo estarán lamentando ahora que está en el Olimpo.

Sí, decidí admirarle, y apoyarle, también porque me gustó le compré el disco, y volví a ir a verle al día siguiente a la imprenta a donde fue entre otras cosas a cargar la batería del móvil, (así anda un cantautor por el mundo) y después fui a otra actuación que tenía. Entretanto le invité (un acontecimiento para un tacañazo como yo) a una caña con pincho, quizá pensando egoistamente que dentro de unos años podría contarlo.

Desde entonces tengo correspondencia internáutica con él, a pesar de que políticamente está en la extrema izquierda: por tanto dice y escribe cosas que revuelven mi estómago de aficionado economista angustiado por el déficit público. Pero el fantasma de Sabina está presente en esta relación como la marca de agua en un billete, esa sin la cual quizá esta relación no tendría valor para mí, sospecho pasándome de sincero.

foto :Luis Felipe Comendador


Anteayer me encontré con un llamamiento en su Facebook. Viendo la penuria del intento no pude por menos que echar el mejor cable que podía: publicarlo en el Blog de Silvio Rodríguez, quien últimamente me soporta bastante bien, porque solo hablo de música y lo hago esporádicamente, sin abusar. Esto fue lo que envié al blog del trovador cubano:

Supongo que muchos más que los 17 de Aureliano Buendía, te presentan constantemente hijos de tu arte para que les reconozcas con una cruz de ceniza. Balta Cano es un joven cantautor madrileño muy generoso que busca sobrevivir, subvivir o mediovivir de sus canciones a la espera de un golpe de suerte, quién sabe si en Alicante o en Albacete hacia donde saldrá el miércoles con estas condiciones (copio esto de su Facebook)

"-COMUNICADO-

-Esta semana toca "turné". Iré a cantar el jueves a Albacete y el sábado a Alicante. Para eso, primero he de ir desde donde vivo a la estación sur de Madrid, a unos 55 km y con suerte algo menos de una hora, grosso modo. Después tomaré un autobús a Albacete recorriendo otros 257 km y otras 2.horas 45 minutos. Esa noche cantaré en La Casa Vieja. El sábado iré a cantar a El Refugio Café Art Nature de Alicante:- ¿También en autobús, Balta? - No, que va, realizaré los168km que hay a Alicante desde Albacete, en tren que tardará más o menos 2 horas, si mal no recuerdo. Y para el regreso haré la misma jugada a la inversa; Alicante - Albacete en tren, Albacete - Madrid en autobús, esperando que me vaya alguien a buscar en coche, si no me tocará unas cuantas paradas de metro, 14 concretamente, y unos 35 ó 40 minutos hasta la estación de autobuses de Moncloa y luego otro autobús a casa y otra horita más. Alrededor de 1070 km recorridos y cerca de 12 horas de viaje y 4 días fuera de casa. Para realizar dos conciertos con todas las ganas y todo el corazón del mundo, que además, son de aportación voluntaria, a la gorra.

Esta es la vida del artista y de quienes pelean por hacer lo que quieren. Y nada de esto tiene sentido sin un público al que abrazar. Así que si me echáis un cable y me ayudáis a difundir y se lo decís a vuestros vecinos, vecinas, amistades, amantes, familiares, mascotas, etc. que tengáis por aquellos lares os lo agradeceré en el alma. ¡¡Y quienes estéis por las zonas veníos, merecerá la pena!! Abrazos."



Yo, Silvio, no conozco ni sé llegar a nadie de aquellas provincias,(por otra parte recientemente afectadas por severas inundaciones) Así que se me ha ocurrido que, si así lo asumes, sería una buena manera de reconocer tu paternidad permitiendo divulgar en tu casa esta convocatoria. En un próximo mensaje te mando una canción que le grabé. Aunque él tiene su propio canal de youtube por si se despierta alguna curiosidad.



Agradezco mucho la generosidad en publicarlo, también lo hizo con este enlace que le suministré a continuación
https://www.youtube.com/watch?v=hOGDSnLfnMg&t=26s

Pero el vídeo, acabo de comprobarlo,  ha conseguido 20 visionados más en estos dos días, aunque no sé cuantos son míos. En todo caso, poco caso para lo que necesita (y ya me gasté el cartucho de Silvio).

Este compadeciente que os escribe calcula lo que cuestan los transportes públicos, lo que cobran por los alojamientos, la comida caliente..., y en lo poco que ve siempre de reojo en la gorra callejera de los artistas: casi nunca billetes y muchas veces monedas hiperfraccionarias de níquel. Deseo que en este caso alguna gente haga en esos locales como que pague una  entradilla, y que Balta venda diez o doce discos, y que los bares que le "contratan" le den de comer algo, le  dejen dormir en algún sitio o tenga algún amigo por allí que le aloje, porque no creo que existan pensiones por menos de 20 euros la noche. La verdad es que no me sale ninguna cuenta.

Así que me imagino que para redondear "la turné" cantará en la calle a pelo y durante mucho tiempo, con lo que se desgastará su voz por el camino a cambio de muy poco. Así lo hizo cuando fue a Granada: para sacar algo más, estuvo cantando por el Albaicín.
Yo en mi trabajo me paso la vida deseando suerte a todo el mundo, también a los "clientes" que embargo o ejecuto sus hipotecas, indico en qué cuenta pagar sus multas, comunico arrestos, aunque muchos lo merezcan..., pero se la deseo de absoluta verdad a este muchacho, así llamo ya a un tío de cuarenta años recién cumplidos (de manera que  así de viejo soy yo para tener ya esta visión) Balta es bastante artista aunque nunca llegue a ser Sabina, básicamente esa obesidad mórbida  lastra mucho la credibilidad de sus canciones de amor. Además, en la calle nunca podrá pedir para un bocadillo, porque la gente no entiende que una persona como él pueda necesitar también comer, como todo el mundo o más.

Eso del eslabón y el sueño es un milagro, y yo soy incrédulo. De todos modos él parece que se conforma con vivir el arte al día.

Y yo con este desahogo que he escrito aquí dejaré un poco de pensar. Espero.

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