domingo, 29 de septiembre de 2019

Saint-Malo, una fortaleza imponente.

Muy cerca de Mont Saint Michel aunque en otra región, la anterior abadía  pertenece a Normandía, está Saint-Malo, que ya es Bretaña.
Antes de llegar sabíamos que esta ciudad había sido duramente bombardeada por los ingleses y norteamericanos en la segunda guerra mundial y que no se terminó de reconstruir hasta 1972. Cuando uno hace un viaje con estas premisas, se pregunta si valdrá la pena, habiendo tantas cosas antiguas y armónicas en Francia.


Pues, (a la vista está) merece. Y confirma la tautológica frase de que "cuando uno no va a un sitio, no sabe lo que se pierde". No he visto una ciudad más maciza en mi vida, toda ella es de granito, y además sobrepasa, casi desborda, sus anchas murallas.
Cuando uno la ve desde este lado no se da cuenta de que fue bombardeada, yo creo que todo lo que vemos ve en esta foto es original, el bombardeo más duro de esta ciudadela fue por el otro lado. de cerca se aprecia como la disposición del granito es diferente a lo que vemos aquí.
La muralla es gratuitamente paseable y la visión, hacia adentro y hacia afuera, sigue siendo imponente.



Al parecer después del desembarco de Normandía los alemanes trataban de aprovechar esta fortaleza y el bombardeo fue contundente. En la wikipedia dicen que este castillo, que se interna en el mar fuera de las murallas, fue el lugar de la segundaGM que más artillería o bombas recibió por metro cuadrado. Como la Wikipedia la escribe la gente, se supone que a nadie le apetece que su ciudad quede la cuarta o la séptima, supongo que lo mismo dirán los de Dresde, Leningrado, Ivojima, Varsovia, Berlín... Como ciudadano amante de la historia y de la belleza me duele que destruyeran este trabajo y entiendo que la reconstrucción por honradez, para no falsear, tome otro estilo. Pero está bien conocer que la historia no acabó en el siglo XVIII, sino que tuvo una bien brava en 1944, cuyas heridas abiertas pudieron verse hasta 1972.
Vista desde el lado opuesto a la primera fotografía; se refieren a este castillo los que hablan de la mayor densidad de proyectiles.

Esa tarde soplaba un viento frío cargado de humedad y a veces de lluvia que empastaba bien con la granítica ciudad amurallada, 

Bajamos a tierra, eran comienzos de septiembre, los bares y cafeterías tienen esas protecciones térmicas, muy necesarias. La catedral que se ve al fondo está por la mitad o sea que no la reconstruyeron entera. Era tarde y no pudimos entrar a verla.
Aquí tenemos una entrada o salida de la muralla, según se mire, imponente fortaleza para resistir mucha artillería. Pero las murallas, como la de mi querida Ávila también tienen una función cotidiana en la que la gente no repara, protegen del frío viento.


En otro artículo os mostraré fotografías de la virgen, que está muy representada en las ciudades. ´Por el contrario, en muchos de los pueblos, donde pasamos y no entramos, había grandes crucifijos a la entrada o la salida.

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