Seguro que desde ayer es el
nombre más buscado en el google de España. Yo todavía no lo he hecho, pero lo
haré porque estoy sorprendido e intrigado. La cara me sonaba, aunque nunca le
he escuchado: un tertuliano político televisivo con una cuidada imagen de líder alternativo; supongo que es
heredero y se le adjudicará una gran participación en el “movimiento* 15-M”.
Vi su careto el viernes,
curioseando en las papeletas preparadas para las elecciones de ayer domingo. Me
llamó la atención porque es la primera vez que yo haya visto que en lugar de un
anagrama estaba una persona; aunque esto pasa mucho en el tercer mundo por
motivos de analfabetismo. Lo primero que pensé es “qué petulancia, que
despilafarro de ego, mandarse encargar varios millones de papeletas con su
cara, para terminar sacando cinco mil votos, todo sólo por qué te crees que has
quedado bien en la tele”. Supuse que al no tener un nombre pegadizo, buscaba
que alguien que le hubiera escuchado dijera: sí, ese me gusta. Respondió muy
bien a “otro tertuliano” de derechas
o dijo las cuatro verdades muy claras
y le votara.
Sinceramente, no sabía – no he
seguido nada de la campaña- que ya las encuestas le daban un escaño. Entonces
pensaba que este Pablo Iglesias se quedaría con una caja de papeletas para
usar como original tarjeta de visita o repartir entre los nietos, al contarles
la batallita de “cuando me presenté a las elecciones europeas encabezando una
candidatura”. Fuera de lo del tercermundismo, pienso ahora en el acierto de
usar efecto psicológico de asociación con la estética Facebook: la foto
de una cara de alguien que dice algo.
Estoy seguro de que algunos candidatos minoritarios o todos, lo repetirán para las próximas. Me extrañaría mucho que
internet no hubiera tenido bastante que ver en este triunfo.
El sorpresón que yo me llevé anoche
me conmovió, incluso tardé en conciliar el sueño por su culpa. Me repetía como
una comida pesada: le escuché comentar su victoria, una entrevista que le
hicieron, y también le vi, hiperconsciente, administrar su imagen de sosegado
líder máximo, frente a la incontrolable algarabía de sus seguidores, “no sé por
qué iba a poner secuaces de calaverada”. Pero seguí escuchando porque no había
otra manera de huir por televisión que escapar al fútbol: comentarios del
partido o la celebración del Real Madrid, esto tampoco me dejaba de muy buen
humor para ir después a conciliar el sueño
Tendría muchos análisis
políticos que haceros: este joven es la exacta cara que busca Izquierda Unida,
y no el canoso Cayo Lara que tienen, supongo que intentarán comprarle su cara
de cartel triunfador y hacer una coalición. Si PI hace eso, se equivocará,
porque se meterá en un aparato, y ya será como los otros: tendrá una historia
que defender, y otra historia que ocultar, unos lugartenientes, unos
“delfines”...
Aunque así es solo: todo para
él, puede ser coherente con lo que sea su pensamiento, y es un lujo para un
político. Pero toda la presión será para su persona, le rebuscarán su pasado y
su presente. Ahora tiene que gestionar
cinco sueldos de eurodiputado y más de un millón de votos que, aunque una buena
parte se hayan echado “a la contra”, habrá unos cientos de miles de votos
ilusionados y eso tiene que pesar bastante en el alma, cuando se ha cumplido
con creces el sueño. Lo más fácil es hacer como Watsapp: dejarse comprar por la
empresa grande y vivir de las rentas compartiendo con una organización
consolidada.
Pero si no lo hace, inconsciente
o conscientemente, les hará la puñeta, porque dividirá el voto de izquierda; ya
lo ha hecho. Aunque a quien definitivamente se ha cargado es a los partidos
bisagra o alternativos que emergían: tan felices que podrían estar UPyD y
Ciudadanos, están heridos de muerte. De pronto, aquí está la principal
alternativa, la primera opción. Además más personalista, una cara limpia, joven
y sin gastar; sin estrenar aún, frente a las narices rotas y las cejas abiertas
en demasiados combates de quince asaltos, que tienen, al final, todos los
políticos.
Desde ayer hay gente buscando como serrar los
pies de esta persona; y es que sólo tiene un par de tobillos, un par de rodillas,
muchos ligamentos, y una cintura, un tórax, una cabeza... Este hombre blanco ha
caído en una selva y cientos de bacterias, virus, garrapatas, mosquitos, ratas,
serpientes, tigres van a saltar sobre él a la mínima que de un paso en falso.
Además, en España vamos a por
todo el que destaca. Hay que ser muy bueno, como Induráin o Nadal y demostrarlo
objetivamente -y además en el extranjero- muchos años, para que uno se lleve en
paz el respeto sin tomatazos, ni zancadillas o directamente pedradas.
Voy recordar a dos fenómenos que
surgieron un día afortunado. El primero fue Antonio Gutiérrez, sindicalista de
Comisiones Obreras, que se catapultó el 14 de diciembre de 1989?, no saltó a la política inmediatamente, se
desgastó, luego le metieron en el PSOE por la puerta de atrás, y al final: “na
de na”. Otro caso fue Pilar Manjón, un día glorioso, de certero y conmovedor
discurso, que, en pocos meses, fue vilipendiada – también coqueteó con el PSOE
y ahora anda por ahí hecha unos zorros: la derecha la machaca recurrentemente,
y ha conseguido más gente que la odie o le resulte “sospechosa” de la que la
quiera, o incluso, que la respete.
A mí, como principio, no me
parecen bien los líderes máximos, los personalismos, en esto de la política; así
que creo que no me gustará Pablo Iglesias, pero no voy a intentar averiguarlo
estudiando sus mensajes, creo me conformo con saber poco más de lo que ponga la Wikipedia.
*(me he dado cuenta de que se
usó la palabra movimiento, sin recordar la peyorativa y franquista connotación)
PD. Ya que no han liberado a las
niñas nigerianas, a ver si por lo menos les dan esta noche el premio nacional
de teatro “MAX” a The Funamviolistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario