Este fin de semana se resuelven
bastantes asuntos. Sin embargo, el mundo entero clama porque se resuelva
positivamente el secuestro de las escolares nigerianas; estamos de acuerdo el
99,99999 % de toda la humanidad que tenga noticia de ello. Sin embargo, clamamos con
la “boca chica”; nuestros deseos verdaderos, los anhelos de verdad, estos
próximos días, son muy distintos y variados. Este fin de semana en que se
celebran las elecciones al parlamento europeo, seguro que una mayoría de
europeos desea más que no ascienda todo lo que parece que va a ascender la
derecha xenófoba en el continente, pero los que son de esos partidos, están
deseando una irrupción sonada para imponer rotundamente sus políticas: en España, los
del PP sueñan con que su partido se mantenga con amplia ventaja, y que los que
pierdan votos sean los socialistas; y éstos, al revés. Hay varios partidos que
quieren entrar, mantenerse o subir, en el parlamento, les va mucho en ello. Mucha gente “madridista” desea otra cosa mucho más: se duerme deseando que su equipo gane la
final; al revés que los “atléticos”. Los barcelonistas y otros muchos, desean tanto o más que los implicados, que pierda el Madrid, si es posible, por
goleada. Cada uno mira por “lo suyo” y las pobres niñas les importan “de verdad” a sus familiares y a
gente muy sensible: “hiperhumanos”, mirlos blancos en cualquier caso, gente que haya padecido situaciones de
secuestro..., etc.
Hasta mis queridas The
Funamviolistas, seguro que lo que más desean es que el lunes les den el premio
“Max” de teatro: subir al escenario, que les vean sus conocidos como agradecen,
su momento de gloria y guardarse el recuerdo y el trofeo y el prestigio para
siempre. Como las conozco, yo también deseo eso bastante.
Nada que ver con la vida: tengo
que ponerme a pensar que la mejor noticia a nadie interesa, y si yo no
escribiera este blog tampoco me molestaría en pensarlo. Luego a mí también.
Como padre, soy solidario con el dolor de otros padres, un poco más solidario
que si no fuera padre, pero, ya lo he dicho: lo tengo atrás en el pensamiento.
Soy un ser humano como todos los demás, como, seguramente, todos vosotros; un
mezquino que hoy no tenía nada más interesante que escribiros. Vosotros lo
pensaréis unos minutos, como yo he hecho: es mejor que nada.
Nos hemos tomado un aperitivo de conciencia antes de la comida.
PD. Ni siquiera he querido
escribir el nombre de los malditos secuestradores, a pesar de tenerlo todo el
rato en la cabeza. Es por no hacerles todavía más publicidad, que algo de eso buscan.
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