Los seguidores de este blog sabéis que soy contrario a las revoluciones y que considero la anarquía como uno de los grandes males. Tiene que haber leyes, incluso aunque sean malas.
También sabéis que no debiera hablar de lo que voy a hablar, pues soy insumiso al fútbol, mejor dicho, a sus pompas y vanidades. Me parece que hablar de fútbol, prestarlo atención, convertirlo en conversación, es dar dinero a la futbolcracia, porque los que no tienen idea podrán pensar: debo aprender, ver, consumir fútbol.
Pero más que al fútbol, e incluso que a la anarquía, odio a los paraísos fiscales, pequeños países burladero que como garrapatas explotan a los demás ofreciendo ventajosas condiciones a los “sujetos fiscales <<espabilaos>>” que, aprovechándose de las condiciones de los países trabajadores para recaudar dinero, se benefician de las de esos países vagos para defraudar los correspondientes impuestos.
Yo creo en los impuestos, por eso creo que los más favorecidos por la riqueza (aunque la hayan conseguido honradamente) tienen que pagar para que el estado ayude y, en último caso, les defienda de los que no la han podido o sabido conseguir, y esto se hace con policía, pero también con carreteras y políticas sociales. Esto es la esencia del pacto social que, por supuesto tiene muchísimos matices, abusos, correcciones...
Voy al tema de hoy: es intolerable que alguien como el futbolista Messi, le dé un poco de dinero a los pequeños países-garrapatas para ahorrar y evitarse devolvernos una buena parte de lo que el estado, -nosotros-, ofrecemos las condiciones para que gane y acapare en tan gran medida como está consiguiendo.
Porque es justo que nadie pueda aprovecharse de la imagen de Messi sin pagarle por ello, y tampoco nadie puede robarle sus grandes propiedades, sin que lo denuncie a la justicia, la policía, la cárcel, y le protejan, pero él tiene que aportar mucho más que yo por ello, porque la sociedad le respalda con mucho más que a mí.
Sí; estamos en la campaña de la declaración del impuesto sobre la renta y ahora Hacienda, en la cabeza de turco de Messi, nos recuerda que no nos olvidemos de pagar. Desvelar el caso ahora, se ha hecho con criterios de oportunidad, no cabe duda alguna, pero sigue siendo justo que protestemos indignados contra el burlador y contra el burladero.
Yo me atrevo a afirmar, porque creo que los políticos nacionales y mundiales, mientras no hagan nada contundente contra los paraísos fiscales que permiten que se esquilme a sus pueblos, están bajo mi sospecha. Y sigo acusando, porque bien se ve que muchos de ellos, que forman parte de las clases adineradas, tienen a buen recaudo (y sin recaudación para la sociedad) en la opacidad de esos garitos donde el dinero se pudre sin reversión a los verdaderos conciudadanos paganos.
Cada vez me lee más gente, pero aún soy muy poca cosa, ya lo sé. Me indigno y rabio arañando la montaña. Me gustaría que alguien acusara en alta voz e hiciera actuar, de una buena vez.
Como creo en la ley y no en la venganza, sólo puedo pediros a vosotros que no compréis nada de lo que anuncie Messi, y que recordéis en todo momento, cuando salga en la conversación, que aunque no lo parezca, ese “genio del Fútbol” no es de nuestro equipo; nos regatea a todos.
Porque siempre condenaré que alguien, muy desesperado, muy indignado, enloquecido.., pueda golpearle, secuestrarle, matarle, pero para ello (no nos preocupemos tanto) hay mucho cuidado: existe un ejército de policías que le protegen cada vez que entra o sale del estadio de fútbol, (aunque los paguemos nosotros, que esa es la rabia de hoy) de los muchos amores y de los pocos odios (hasta ahora).
PD. Por terminar con el fútbol: desgraciadamente las administraciones públicas no se atreven a meter ahí la tijera porque es el opio del pueblo; si el fútbol desapareciera de ese 50% de las conversaciones que desde hace muchos años domina en España, no se soslayarían los grandes temas que nos acosan, corrupción, desastre ecológico, despilfarro...
Soy de una minoría que no razona en goles.
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