Hace un mes dieron a este famoso arquitecto
un famoso premio. Sería su fama la que lograra que le encargaran construir un
edificio que remató la plaza de Santa Teresa, (el Mercado Grande de Ávila).
Se perpetró en este milenio, en plena burbuja
inmobiliaria. Además de que la elección de los materiales fue defectuosa, (han
tenido que sustituirse elementos porque no se aclimataban a las heladas de
Ávila) es el edificio que todas las cámaras de fotos tratan de evitar.
Estarán contentos los políticos que lo
promovieron; los jueces que, presentado el recurso, fallaron que era legal; y
la mayoría de los abulenses que elección tras elección convalidan al partido
político que ejecuta este modelo de ciudad.
El domingo paré por allí para retratar para vosotros este traje nuevo
del emperador.
PD. Pero que limpio es el cielo de Ávila nunca he visto otro más azul.
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