Orihuela, su pueblo.

 Orihuela está mucho más cerca de Murcia que de Alicante. No se puede soslayar la patria chica de Miguel Hernández, aunque Orihuela sea mucho más que eso. El acercarse por el suroeste nos ofrecía un puñado de cerros desérticos donde uno imaginaba al cabrero místico. Pero lo primero que vimos, bastante lejos de su casco urbano, fue un centro comercial, donde yo decidí, ya que días después iríamos a Benidorm, entrar a comprar un bañador. Un centro comercial en medio de un mediterráneo desierto de cabras. Cosa más rara...

Este es el río Segura, el del día anterior de Murcia, que también es oriolano y, no hace mucho, se había desbordado a pesar de estos paredones.

 

Veremos un potente arte religioso, aunque en eta iglesia de fuertes reminiscencias con la catedral murciana, se les fuera el tiro un poco más corto de sus pretensiones iniciales.

torre soberbia

portada magnífica llena de ángeles

órgano imponente

pero un altar mayor desangelado y con cuatro estatuas modernas. No necesito preguntar qué es lo que pasó en este sitio durante la guerra civil: retablo desmontado quemado dentro o fuera de la iglesia, puede que me equivoque, pero es lo que hubo en tantos sitios.

seguimos sin perder de vista esta iglesia, quiero llamar la atención sobre esta mujer musulmana, porque, curiosamente, me saldrían más en las fotos. Sus maridos e hijos son buenos trabajadores de las huertas (esa es mi explicación)

este es el lugar donde Miguel Hernández leyó la famosa elegía a Ramón Sijé, aquel edifico con la bandera de España y Valencia es su centro cultural, y en toda la plaza no había más que este grupo de mujeres musulmanas.

me despido por hoy con esta hermosa postal de otra de las muchas iglesias y conventos oriolanos con el fondo de sus cerros desérticos. También asociamos lo musulmán al desierto, o a los vergeles al pie del desierto. Por cierto, me doy cuenta de que también esta iglesia pretendió ser bastante más de lo que, al final, se pudo