El mínimo común múltiplo

Uno está hoy multiinformado.
Me interesan las noticias locales y provinciales; las de los pueblos donde he vivido, las de los amigos, las noticias generales de la prensa: nacionales e internacionales. Entro a internet cuatro o cinco veces al día y "doy una vuelta" por todo. Aunque recibo diferentes informaciones dependiendo del ámbito, por los intereses de cada cual..,  a veces, como el famoso huracán "Leslie" del domingo, se convierte en un hecho transversal, en un mínimo común múltiplo, porque es noticia provincial, local, nacional, de pueblos donde viví, y de personas concretas que lo comentan en sus redes sociales.
Una gran noticia que recabó la atención de mucha gente, y nos puso a todos muy en guardia, pero ya pasó y ahora deja un hueco, creo que hoy por aquí todos tuvimos esos días ese vacío, pero no hay cuidado, los medios nos lo rellenarán con otras nuevas noticias, que quizá no nos afecten, como esta que no nos afectó,  pero cumplen su misión de robarnos atención y hacernos mirar publicidad entre medias.
El problema es que uno se siente o se puede sentir estafado, porque le dijeron que venía el lobo y no vino y se puede y se debe terminar desconfiando no de esta información concreta sino de la sobreinformación. Hace una semana me pasó parecido con el "desplome térmico". Son muchas veces y empiezo a pensar  si no sería más conveniente volver a un solo canal: las noticias de la radio mientras desayuno, y olvidarme de todos esos fuegos fatuos recurrentes.


Si logramos prescindir de ellos nos dará para leer, ver más películas, hacer deporte, escribir, trabajar.
Queda poca vida y muchos proyectos y motivaciones. Algo como toda la atención despilfarrada en el huracán Leslie nos vuelve a dar la lección de que tenemos que vivir/morir menos en las pantallas o pantallitas intermediarias.
Que así sea. En nuestra sociedad de la opulencia occidental experimentamos lo difícil que es vencer el sobrepeso y ahora también debemos luchar contra el sobrepeso de la información.