Esta mañana estoy chafado en casa y además he ingerido medio kilo de comida indebida; por culpa de los "hombres y mujeres del tiempo".
Me desperté, como todos los días, un poco antes de las ocho, pero este domingo estaba mediatizado por el "desplome de las temperaturas" con que vienen amenazando toda esta semana. Es así que después de desayunar he sentido frío al ir a la terraza para recoger mi ropa de trabajo y me he acordado del "desplome". Me he vuelto a la cama. Después me he reunido ánimos para levantarme y he comido una pieza de fruta. Iba a bajar a por el pan y miré por la ventana, me pareció que afuera se movía el aíre y tosí; así que para hacer tiempo y dar opciones a que el sol comenzara a calentar, he decidido encender el ordenador y "dar una vuelta" por mis "sitios". Cumplida esa media hora he reunido determinación a ver si me voy a quedar sin pan , pero he pasado cerca del frigorífico y me he acordado de un trozo de tortilla de patata que quedó de ayer.
Entonces he oído el silbido de los árboles, he vuelto a ser mediatizado pero ante la insistencia de verme atrapado como los protagonistas de la película de Buñuel El ángel exterminador he decidido que ya tenía tema humorístico para este artículo. Lo estoy escribiendo: es lo único bueno que ha ocurrido esta mañana, pero debería haber comenzado los cimientos de una pared, haber perdido en esa tarea unos centenares de gramos,; sin embargo, los he engordado.
Esto de que de un día para otro haga más frío me habrá pasado cientos de veces en la vida, pero se soluciona abrigándose o, maldiciendo el tiempo, uno se pone a moverse con más energía para vencerlo y se incorpora a la actividad, sin verse sobrepasado. Así ha sucedido toda la vida.
Pero hoy no, porque yo llevaba siendo advertido durante una semana y me habían acojonado (parece que se me han acabado los adjetivos, pero ciertamente uno de los efectos del frío es encogerle a uno esa parte de la anatomía) excesivamente, porque el cambio no era para tanto, yo tenía argumentos para haber hecho lo que debía, pero me habían sido podados, por ese terror inducido.
Uno puede llegar a creerse que los medios de comunicación no tienen poder sobre alguien como yo, que me precio de racional, reflexivo y crítico, pero el poder existe; a la vista está. Dejaré de reírme de la incultura o la estupidez de las prostitutas nigerianas que están sometidas a sus chulos porque les hacen un ritual de vudú y piensan que les sucederán los males o castigos si desobedecen a sus explotadores.
PD, Fui a la panadería a las once y media y, a pesar de hacer un día soleado matizado con esa ligera molestia por un airecillo frío, me ha permitido trabajar dos horas sin acordarme del desplome de las temperaturas- Sin embargo los panaderos tenían casi todo el pan sin vender. Estoy seguro de que mucha gente va a ir a última hora, pero otros hoy no van a comer pan por culpa de las pertinaces advertencias.
A muchos nos han coartado, así de simplemente, la libertad; esta es una lección importante que os brindo hoy.
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