martes, 17 de julio de 2018

No es no.

Y sí es sí. Esto es de Perogrullo, pero en el sexo no vale. Yo he comprado una casa, una huerta. varios coches..., y recuerdo que todo se dijo expresamente; además se escribió, y en los inmuebles, se hizo la correspondiente escritura pública ante notario. Hace tiempo los hoteles españoles exigían el libro de familia para dar habitación a una pareja. Todo cambia.

En mi limitada vida sexual todos los contratos fueron gestuales, lo recuerdo perfectamente. Es más, hubo propuestas anteriores que me hicieron que yo no supe, ni me atreví a interpretar: porque me daba vergüenza solicitar afirmaciones verbales, me perdí esas fiestas.

Como resaca de la sentencia de la Manada se propone por el gobierno socialista un dislate: el derecho pretende entrar el las reglas no escritas del amor y del deseo; aunque  pienso yo que de todas maneras siempre será necesaria una prueba, y me pregunto si ahora los chicos deberán grabar con la cámara del teléfono móvil la aceptación expresa que diga: "sí, me dejo follar" o más compartido "de acuerdo: hagamos el amor".


Pero seguramente mi abuelo, que cuando quería comer conejo lo cazaba, lo sollaba y lo mandaba guisar a mi abuela, no podía sospechar que yo solo lo coma criado en una granja con pienso compuesto, acompañado de veterinarios, sellos de caducidad muerte digna y envuelto en plástico. Y ya lo consideramos tan natural. No sé que pensaría mi abuelo de la actual forma de comer conejo
¿y por qué dije conejo?

*Creo que España en fenicio quiere decir "tierra de conejos"

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