Si lo que se escribe se escribe
para leerse y la lectura sirve para recibir ideas que se transmiten mediante la escritura,
lamento como secretario tener que haber escrito en el margen del libro de matrimonios:
“por sentencia del juzgado de
violencia sobre la mujer nº 1 de Torrejón de Ardoz se decreta el divorcio de …”
Mi registro civil es pequeño y creo que es la
primera vez que tengo que anotar la referencia de una sentencia de divorcio
dictada por un juzgado con este violento nombre.
Cualquier persona ajena, no a la
cultura, ni al derecho, sino a la burocracia judicial actual de España -porque espero
que este injusto nombre se cambie-, interpretará que “alguna violencia habrá
ejercido el marido de este matrimonio”
cuando le ha juzgado un juzgado de violencia sobre la mujer.
Yo creo que llamar a un órgano
judicial con este énfasis y luego atribuirle también estos asuntos, meramente civiles, raya
en la injuria hacia el hombre, - además el de la sentencia que anoté hoy
se había divorciado por mutuo acuerdo-.
Si en algún momento algún descendiente estudia su árbol genealógico, cosa que suele hacerse consultando registros
civiles, se llevará la triste idea que he dicho de su antepasado. También si
hoy lo traduce un extranjero se llevará idéntica idea.
Alguien debería explicar
en qué contexto estamos, imprimirse un manual para desmontar la desfachatez.
¿Y no es mejor no montarla? llamarlos juzgados de asuntos familiares, de conflictos familiares, o juzgados de
familia, como se han llamado siempre.
P.D. No sé donde llegaremos por este extremo pero estoy completamente seguro de que con estos nombres ruidosos no
vamos a salvar a ninguna mujer de ninguna violencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario