El peor turno
de los antidisturbios de la
Guardia Civil de Melilla es el de la madrugada. Antes era un
chollo porque uno estaba acuartelado y como no solía pasar nada, trabajaba
durmiendo. Hoy todos tienen el sueño cambiado, incluso muchos no pueden dormir
después de la tensión que pasan: es uno de los peores destinos que hay en el
“cuerpo”. Además te tienes que endurecer, deshumanizar, porque si piensas bien
en que esa pobre gente es como tú, -que podrías ser tú-, tendrás problemas de
“coco”.
-Tocan alarma: a la valla, ¡que vienen los negros!
Pero siempre
existe gente optimista que incluso pretende bromear.
-Consuélate:
vamos a ver el Circo del Sol, y gratis, nos ahorraremos “una pasta” que me han
dicho que es carísimo. Dicen que vienen ojeadores del Canadá a ver si fichan
alguna “figura”.
-No digas eso
ni en broma, que como se corriera la voz, me veo no sólo el doble de negros,
sino también blancos y amarillos intentado hacer méritos para la oposición.
-Sí, porque
nunca faltaron los autocares de aspirantes gallegos ¿cuántos vendrán este año?
En toda España hay miles de personas de veinte a sesenta años, agazapados a la
espera, como si estuvieran en el monte Gurugú.
EN EL MONTE
GURUGÚ cada vez hay más desesperación. Los marroquíes ya emplean al ejército.
Pronto lo harán los españoles también, se dice. O se les ocurrirá electrificar
la valla. La angustia aumenta, “la próxima vez tengo que conseguir pasar”, “La
próxima vez o moriré en el intento, o peor: no conseguiré salir de aquí”,
muchos han logrado agarrarse a la segunda valla y comenzar a subirla, pero
fueron rechazados muchos saben ya que
se escala mejor con los pies descalzos, así que dejan sus botas en África para
agarrar con los dedos de los pies, las alambres
los pequeños cuadraditos donde el calzado no entraría. Abajo se ven
cientos de zapatos y botas abandonados.
ZAPATOS Y
BOTAS ABANDONADOS es lo que todo el mundo fotografía cundo entra en Austwitz.
Zapatos de gente traída a la fuerza en trenes de ganado para hacerla
desaparecer. Era la solución final. La paradójica falsa solución final de los
negros que han gastado los ahorros familiares y tres o cuatro años en cruzar el
Sahel, creen que es conseguir salvar la
valla, vencer la oposición.
Creo que la foto es de "El País"
NO TE DEJARÁN
YA MÁS volver a encaramarte a la farola. Hace tres o cuatro días un negro,
consiguió subir a una farola vertical de quince o veinte metros, que no le
llevaba a ninguna parte y se quedó allí cinco horas, gritando paradógicamente
“Viva España”. Llamó tanto la atención que cuando cayó, desfallecido, le
llevaron a un hospital español, lo había conseguido. Ayer, otro consiguió encaramarse
pero ya no le salió bien, la policía no es tonta fueron a buscarle con
una grúa mecánica. Otro que desfalleció arriba de las vallas, fue recogido por
la guardia civil, pero, esta vez le
llevaron a un hospital marroquí. Había fracasado en el su intento de superar la
oposición.
EN EL INTENTO
DE SUPERAR LA OPOSICIÓN
van a invertir todos los opositores 31 euros, de tasa, a ello hemos de unirle,
el material de estudio, y los gastos de desplazamiento y /o alojamiento, no es
nada proporcionalmente a lo que invierte un negro en llegar hasta el Gurugú. Si
la economía familiar española se sigue hundiendo, quizá empiece a serlo. Lo que
está claro es que el tiempo invertido no cuenta si al final se llega a la meta
y consigue uno entrar en Europa y otro la plaza de funcionario.
UNA CUCAÑA con
un jamón colgado arriba, había hace cuarenta años en Ávila. Era un poste alto, vertical,
que para colmo untaban de cera o de grasa. Cuando yo lo veía sólo lo intentaban
los gitanillos; era dificilísimo. La gente se reía de sus afanes. Yo no vi a
ninguno ganar el jamón, pero esos niños se aproximaron a ello. Quizá de esa
habilidad venía el dicho para lo imposible “eso no se lo salta ni un gitano”. Hay que cambiar el refrán porque eso sí se lo salta un subsahariano.
El problema es
que Europa cada vez es menos, económicamente, en el mundo, toda ella está en
crisis y la xenofobia campa, sin vergüenza, sobre todo, en los países más
adelantados.
El problema de
La Universidad
de Salamanca, del Sector Público Español en general, es que es insostenible. Lo
peor de todo es que nos endeudamos para sostenerlo artificialmente y esa deuda
la pagarán nuestros escasos hijos con el escaso futuro que les vamos a dejar.
(El gasto de
custodia y alojamiento de los negros en los centros de integración de extranjeros
de Melilla donde los encarcelamos, también lo estamos dejando a deber, pero eso
no es nada comparado con lo otro: es el chocolate del loro)
Y
Dios está en Suiza.
Muy interesante el juego de comparaciones que haces. Uno se siente africano en una farola cuando las autoridades españolas o la troika europea proclaman eso tan paternalista como confuso de que en España "se han hecho los deberes" o que África está muy bien porque está creciendo por encima de la media; y se van a acostar tan felices. Como si eso deberes -recapitalizar a los ludópatas de la banca, en lugar de enviar a más de uno a la cárcel- o el crecimiento del PIB se repartieran angelicalmente entre la gente de a pie.
ResponderEliminarLo del empleo público sorprende cuando se revela que Dinamarca, Suecia y Finlandia nos duplican en porcentaje de funcionarios sobre población activa o sobre población total; y son países que, a la vez, tienen eso que llaman competitividad -tan oscuro como un misterio sagrado-; concepto que se suele utilizar como eufemismo de garrotazo a los derechos. Y cierto que Dios debe de estar en Suiza y en esos sitios parecidos a los que llaman paraísos fiscales, en lugar de guaridas. La semántica al uso es cosa del poder. Quizá nuestras tasas más abultadas sean las de políticos y empresarios corruptos, y evasión fiscal de grandes empresas; aquellos que desde su cielo señalan al pobre por buscar su chocolate del loro en la economía sumergida. Sí, sumergidos y muy ahogados, y sin paraíso.
La foto del muchacho en la farola es de Europa Press. Otra foto parecida de días después:
http://www.publico.es/512127/unos-200-inmigrantes-protagonizan-un-nuevo-intento-de-entrada-a-melilla
Fue lo que se llama un artículo urgente. Cualquier impresión estética o ética, -la indignación también- me caduca rápidamente. No sé si es la edad que alcanzo (alzeimer) o el sino de los tiempos, caducos por sobreproducción. Pienso, y ahora sigo escribiendo en voz alta sin pensar, que todo es industrial, hacen y tragamos chorizos de noticias que se van solapando, enterrando unas a otras, y no hay ni habrá geología que las desentierre, como rocas metamórficas se aprietan hasta hacerse tan lisas que ya son inapreciables, ¿Qué pasó en Libia?, ¿están mejor o peor? ¿que ha pasado en las zonas que tanto dependían de Fagor? ¿Qué pasa en Brasil que hace tiempo hubo grandes disturbios? ¿Y en Chechenia? ¿Y en Mali o Sudán?. Es tremendo manejar en la cabeza todo lo que nos tiene que preocupar, ¿dónde estarán ahora mi azúcar y mi colesterol?, tengo que hacerme una colonoscopia... cuando paso por la puerta de mi dentista, me acuerdo que tengo tiempo, tengo dinero y tengo caries de sobra para que me den una vuelta. Pero no, uno va girando en sus atenciones a sus conveniencias. No sé si huyendo.
ResponderEliminarGracias a la escritura, pero más a la lectura, uno se acuerda, fija posiciones y sigue. Aquel negro vio su gozo en un pozo y yo empecé el fin de semana en que salió el sol y pude cavar mi huerto.
Ninguno sabemos qué hacer. Tan solo apuntamos cosas que nos hieren para no olvidarlas, porque con esta superproducción informativa, ni las heridas dejan cicatriz. Estamos "atontaos".
No sé, quizá escribí egoístamente para pagar una deuda de solidaridad como brindis al sol y parecer bueno, y una vez que le di a "publicar" ya pensé en otra cosa. Menos mal que me leéis y me releo. Lo necesito. Lo necesitamos.
Lo más vergonzoso de los informativos de la radio es que nunca se olvidan en qué puesto de la parrila de salida está Fernando Alonso, Con tanto dolor solidario, precauciones, atenciones, pensamiento inteligente, que deberíamos tener, y nos ocupan con eso... No, sé todo es inconexo, es una respuesta urgente.