Creía que uno, para no tropezar en el hoyo de su ombligo,
debía huir de localismos. Y que no era pensable que los genios no estén bien
esparcidos por el mundo.
Es fácil reconocer el éxito reconocido en los grandes ámbitos,
internacionales, nacionales. Uno se obliga a prestarlo atención, intentar
asumirlo, para que uno asimile y entre en los lugares comunes de lo que se
considera La Cultura :
algo tendrá esta agua cuando la bendicen (en el telediario).
Sin embargo, yo últimamente, me estoy haciendo local, miro
al ombligo del pueblo donde vivo, Béjar, y me baño en él. Me satisface
recrearme en estos dos artistas. Me llenan, lo digo sin rubor, y me siento
orgulloso, y recompensado además, por poder contar con la atención, casi
amistad, de dos grandes escritores. A distancia parece que hay que ver a los
artistas; a distancia pensé que serían dos vates oficiales y también que sus
artes no serían para tanto. Además -esto los humaniza- me he sentido, y me siento, superior a los
dos porque dejé de fumar en 1989 y a ellos aún se les agarran los cigarros a
los dedos y se les trepan a los labios.
Por fin los leo, entregado, como si fueran buenos escritores
y no sólo buenas personas que hablan conmigo.
Y cuanto más conozco su obra, más los quiero.
Es más fácil reconocer a Gabriel García Márquez que a
Gabriel Cusac y puede ser que el primero merezca el total reconocimiento
universal, pero de lo que estoy seguro ahora es que no hay mucha distancia literaria
entre ellos. Es una injusticia del conocimiento de la gente, que hay que luchar
por remediar.
A ello me pongo por simpatía, por interés, por amistad pero,
sobre todo, por justicia.
Este verano también ahondo en Luis Felipe Comendador, que no
tiene la fama de Antonio Machado, pero si algún día en Soria, en Segovia, en
Baeza o en Coilllure aparece una libreta con estos pensamientos, http://savonarolia.blogspot.com.es/nadie
dudaría por su calidad que serían del gran maestro.
Estoy tan sorprendido como confundido. http://gabrielcusac.blogspot.com.es/search/label/Diario ¿Será que el hombre
es el centro del tamaño del universo? Por arriba está el infinito espacio
estelar cuyas enormidades: Betelgeuse, Sirius, son incontestables y por abajo
el no menos infinito espacio que baja a la célula y del átomo y lo subatómico,
que es el cimiento de todo.
Yo soy ese hombre, centro de mi propia circunstancia, -quizá una
molécula-, declaro que estas dos células de la literatura son tan importantes
como muchas grandes estrellas que, por la lejanía de su luz, tampoco sabemos si
están vivas hoy.
Me alegras el día, Juan, con esta dosis de reconocimiento. Como célula referida, mi opinión no puede ser imparcial, pero de lo que estoy seguro es que la ciudad estrecha, al menos en mi caso, también parece haber estrechado mis perspectivas. Te podría contar más de una anécdota ilustrativa. Te las contaré en algún momento. Hay mucha mala folla.
ResponderEliminarMuchas gracias, querido follower (o esa polla).