domingo, 14 de julio de 2013

El fin del gran negocio de los libros de texto.


Tengo un buen amigo que vivió regularmente de su trabajo como ilustrador en libros de texto. Otros hacían el negocio fabricando y vendiendo tiradas enteras casi garantizadas de estos valiosos ejemplares pedagógicos. Hoy, declinando las ventas, por la crisis que es causa de lo que voy a contar, se reducirá la inversión y a mi amigo ilustrador, si le contratan, le pagarán todavía menos.
El precio medio de un libro de texto de 90 páginas. Sí: son en color, y también: con papel resistente, pero sólo 90 páginas, andará por los 28 €.
Las economías familiares no están para bromas y lo que antes era un desdoro: no estrenar libros, pedirlos prestados, conseguirlos de 2ª mano o fotocopiarlos…, empieza a ser la práctica mayoritaria. La razón es sencilla. Sólo en libros de texto se vienen a gastar las familias por niño 280 € cada septiembre.
Las grandes superficies empezaron el ataque al monopolio de las librerías, pero ahí no estaba el problema sino en las editoriales, que con toda seguridad,  (coimas y regalitos para persuadir a los “profes” incluidas),  se lo han estado llevando calentito.
El sistema consentía que los centros educativos cambiaran mucho de libros y así evitaban hasta que los hermanos que no vinieran muy seguidos pudieran reutilizarlos. Estos cambios ya están muy mal vistos.
Por el contrario, ahora los colegios e institutos solicitan a sus alumnos los libros del curso anterior, (incluso algunos profesores en el curso les están encareciendo para que los cuiden bien con el fin de poder entregarlos a las familias más necesitadas. Cada vez más familias, y cada vez más necesitadas. Hay tiendas que no son librerías, que deciden hacer de intermediarios, comprándolos y vendiéndolos. 

El resultado es una presión social por aprovechar todas las vidas que puedan tener estos libros y el que, a poca gente se le caigan los anillos por reutilizarlos, y eso es un cambio de tendencia letal para aquel negocio.


Las administraciones públicas competentes, la mía era la Junta de Castilla y León, ayudaban con becas a la compra de los libros. Nosotros que sólo tenemos una hija, y a veces trabajamos los dos obteniendo unos ingresos decentes, recibíamos hasta hace 4 ó 5 años unos 120 euros de beca para libros de texto. Todo el mundo lo recibía: el tope de ingresos estaba en 60.000 euros anuales por familia, cantidad a la que, en todo nuestro colegio, no sé si llegaba alguien. Recibiendo como beca  la mitad del precio, se hacía como un poco ruin, buscar o pedir libros de segunda mano. Además, a la niña y a la madre les gusta mucho el acontecimiento de comprar y forrar los libros con ese olor a nuevos, mientras hallan en ellos ilustraciones o ilusiones para el curso.
Ya se recortaron esas becas. Es justo que se haya establecido un tope que corresponda a familias a las que la compra de libros les suponga un gran quebranto.

Olvidaba decirlo: para maximizar beneficios reduciendo costes, últimamente los libros de texto españoles se imprimían en China.



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