martes, 2 de octubre de 2012

Lo que nos une a Cataluña.


Amo a Cataluña como español. Tolero y respeto a la otra, pero amo a esa Cataluña que nos corresponde con su amor: Albéniz, Granados, Vázquez Montalbán, Amadeo Vives, Pau Gasol (Parece que ya no son tanto y se van haciendo minoritarios). Entiendo que cuando allí haya más gente que no quiera ser española  (muchos odian lo español, yo lo he visto en directo) que la que desee seguir siéndolo, hay que partir las peras y dejarlos andar solos. A mí no me valen sacrosantas unidades, ni otras mandangas de la historia. Aunque aún no lo he practicado, creo en el divorcio. Y apoyo su decisión si no están a gusto con nosotros, con nuestra opresión. Lo sentiré por montones de catalanes que se sienten también españoles, -más aún por los que se sienten más españoles que catalanes, que también hay muchos-, pero tendrán que aceptar democráticamente que la mayoría decide lo que debe hacerse.

Tengo entendido que es en Cataluña  donde se han doblado tradicionalmente todas las películas extranjeras al castellano, a lo mejor no siempre por catalanes; por ejemplo: Constantino Romero, que es manchego, dobla a Clint Eastwood, y a Dark Bader; las para mí entrañables voces de Gary Cooper, Marlon Brando, James Stuart, Paul Newman, Jack Lemmon o Walter Mathau, debían ser catalanas, pero ya se les acabó el trabajo y tampoco nos las van a quitar.

También la mayor parte de las editoriales en castellano son catalanas: Planeta, RBA, Destino, Seix Barral, Ariel, Grijalbo, Bruguera, Salvat, el Círculo de Lectores... Con la independencia dejarán de tener sentido, pero tampoco importa demasiado: estamos en el ocaso de la galaxia Gutemberg.

Una curiosidad poco conocida: el más importante sello discográfico especializado en la canción española era Belter, radicado en Barcelona, donde creo que vivía y vive y grababa Manolo Escobar: el hombre más cañí de todas las españas. 

Ignoro por qué, pero Camarón de la Isla murió en Sabadell.

 

Hay cosas buenas: supongo cuando estemos separados, los catalanes tratarán más amablemente a los turistas “españoles”, porque ya habremos  dejado de oprimirles y de explotarlos. Entonces ir a la Segarra será tan cómodo y amable como ir a Portugal.

 

Pero esta secesión nos deparará algo mucho más beneficioso para los que como yo odiamos el fútbol, y todas sus pompas y vanidades: desaparecerán esos Barcelona Madrid, que monopolizan las cabezas de todos los actuales españoles. Este fin de semana hay uno de los penúltimos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario