Nuestro estrés viajero y fotográfico imponía que subiéramos a fotografiar con lo que quedara de luz las torres de arriba y las panorámicas, con el recalcado conocimiento de que a las siete cerraban. La subida, ya lo he dicho, era textualmente un viacrucis, pero no podíamos detenernos a fotografiar todas las estaciones.
aquí Simón en Cirineo, a cambio de dinero ayuda a subir la cruz al calvario porque Cristo tras las tres caídas no podía ya con su alma. No sé si este pasaje, como otros muchos que conocemos del catecismo, está en la Biblia.Aquí una gruta que está reforzada con columnas. A la derecha tenemos otra estación de Vía Crucis.
Llegamos a la parte de arriba, a mí me sobraba, por el sudor, el jersey. En este lugar había un torno para pasar a cambio de introducir dos euros. No había nadie dentro, y decidimos ahorrar dos euros y que yo me quedara afuera. Todas las fotos las hizo mi mujer.
Flores de lis en el cuidado jardín interior
Panorámica de la población y de la calle que, ya anochecida, tomaríamos para llegar al hotel. El camino del campo, que habíamos seguido a la ida, obviamente no tenía iluminación.
Veo un cedro, en este patio de la abadía, hospedería, o lo que sea.
Panorámica hacia el otro lado.
Más vértigos, y el río que siendo Francia, no falta cerca de algún sitio.
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