A la izquerda tenemos otro mosaico este de la Santísima Trinidad, porque es el momento en el bautizo de Jesucristo por su primo Juan Bautista cuando se produce la aparición del palomo Espiritu Santo y Dios Padre arriba diciendo algo así como que "este es mi hijo querido", según recuerdo de cuando tenía ocho años.
No hace falta traducir este mosaico, que está en la Plaza de la Inquisición
escaparate de maniquíes que más parecen italianos, (los portugueses no son tan chuletes)
Las portuguesas jóvenes tampoco suelen ser tan rubias, (el de la gorra roja, que sujeta la cámara soy yo)
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