Nuevas vistas de Albarracín con cielo azul de aquella mañana
Volvíamos el Jueves Santo después de pasar la noche en Albarracín, atrochando por lugares sin nombre, de esa provincia de Teruel que no existía hasta que la hemos visto.
No hay ningún lugar vacío en el mundo, sean llanos, montes o costas, la acción del hombre en el minúsculo periodo desde que estamos aquí, y la magna acción de la naturaleza desde que se configuró el mundo han dejado su firma en los paisajes, de manera que no hay ninguno que no sea singular, sobre todo si lo miramos con buenos ojos de viajeros.
En esto que llegamos a Orihuela del Tremedal
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