martes, 4 de mayo de 2021

TRISTE VERIFICACIÓN

Hace unos pocos días en un país de África que yo ahora mismo no sé situar, mataron a dos periodistas españoles. Ellos o sobre todo el que ponía la cara en televisión, David Beriain, se jugaban la vida en escenarios o situaciones violentas.  Ostensiblemente. Yo vi alguna vez algún programa de él, y daba miedo donde se metía, tampoco contaba nada que no se supiera, lo que pasa es que lo hacía desde la mismísima boca del lobo. 

A mí eso no me gusta, todos debemos ser responsables de nuestra vida, porque la vida de todos es importante  para la comunidad, para el mundo del que formamos parte. La prueba son los homenajes hechos, creo que el gobierno de España les ha condecorado al mérito civil, aunque mandaron a gastar combustible un avión militar. Tampoco me parece bien.

Hay mucha gente que se juega la vida para decirlo, porque luce su virilidad, yo tampoco puedo ver como lanzan cuchillos a alguien, mi madre pegaba tremendos chillidos cada vez que en el telediario cogían a un torero, me resultan odiosos los que suben gateando a altísimos edificios para hacerse una foto o un video y presumir de ello, (o cobrar por ser vistos mediante la publicidad), pero no, yo creo que no lo hacen por cobrar, es por ostentar virilidad. Lo mismo sucede a los que ascienden ochomiles escalan con hielo, bucean a pulmón libre, se tiran con unas alas pegadas al cuerpo...

Yo no confundo temeridad con mérito. La vida es el único regalo y todos debemos cuidarla: ahora, por ejemplo, nos obligan a llevar mascarilla y otras cosas.

La verdad es que yo pensaba que había truco en los reportajes de David Beriain, los malos debían estar amaestrados, habría un pacto. Pero no; la prueba de que se jugaban la vida de verdad  ha sido su muerte.

Yo lo lamento, pero ni aplaudo, ni me parecen un buen ejemplo de nada las personas temerarias, así que procuro no fomentar esas prácticas dándoles audiencia, por eso no pongo foto de ellos.  

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