Cambia, todo cambia empieza diciendo la canción de Julio Numhauser que cantaba Mercedes Sosa. Probablemente dentro de unos años consideraremos como uno de los peores crímenes de la actualidad (el maltrato animal), al que saque a pasear al perrito sin su chaleco de lana en invierno. Y puede que lo vea yo, que he visto hacer de todo a los perros en mi pueblo natal, de todo menos comprarles comida.
Hace poco un amigo colombiano que no es indio del todo, escribía lo mal que hicieron los españoles en América en el siglo XVI, genocidio puede llamarse más propiamente lo que hicieron los del Norte en el XIX, pero todo se entendió en su contexto, como el que los soldados de la racional revolución francesa que invadieran violando y saqueando todo lo violable y saqueable desde España hasta Moscú, porque en la guerra valía todo y porque los soldados mantenían la moral a base de violaciones y el estómago a base de saqueos.
Hoy sería insoportable que los americanos que invadieron Irak o Afganistán saquearan a la población para comer o para pagarse la soldada. Aunque toda la historia fue de la otra manera. En un documental sobre Italia oí que muchos sicilianos son rubios y con ojos azules porque hubo frecuentes invasiones de vikingos.
No sé como se vería en su día que el profesor de francés Antonio Machado de treinta y tantos se enamorara de una chica de catorce, Leonor Izquierdo y que los padres la casaran a los 16 con el poeta. De pederasta para arriba.
Hoy estoy leyendo Amor y Pedagogía de Unamuno y en su introducción biográfica llama la atención a mis ojos actuales que a pesar de estar desterrado en Fuerteventura y exiliado en París y Bayona, tuvo ocho hijos con la misma mujer, que vida más coneja de maternidades la de la señora, aunque una de mis bisabuelas coetáneas del famoso Rector de la Universidad de Salamanca, de nombre Basilisa, parió 22, muchos de repuesto, porque solo le sobrevivieron cuatro.
La mayoría de las biznietas han tenido uno o ninguno; alguna dos.
Supongo que en algún tiempo preocupó la explosión demográfica de la raza española. Ahora nos extinguimos, como el nombre Basilisa.
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