Esta maravillosa pantalla o pantallita que tienes frente a tus ojos tiene de todo para hacerte un ser humano sabio, pero las máquinas que la gobiernan han sido diseñadas por personas que consideran que deben satisfacerte reforzando la línea de tus pensamientos y proponíendote que ahondes en ella y solo en ella.
Con esto no es que pretendan manipularte ideológicamente, tan solo quieren que estés cómodo en tus pensamientos mientras te proponen sibilinamente que compres los bienes o servicios que sean más propicios para tu forma de ser.
Recuerdo que cuando en mi familia nos vinimos a la ciudad y pudimos comprar periódicos hubo un tiempo en que mi padre se aficionó a "El Caso". Era un periódico semanal solo de sucesos, que obviamente, producía temor y desconfianza, una perversión del conocimiento la realidad. Yo lo leí mientras lo encontré en casa, pero mi madre se opuso a que siguiera comprándolo y mi padre se pasó a la prensa generalista: es más sana.
Lo habréis leído y yo lo he escrito aquí varias veces. Hoy vuelvo a ello quizá porque ayer vi unas imágenes de un grupo violento de izquierda que trató de impedir por la fuerza que se presentara la candidata de VOX, que es el partido español de ultraderecha , en Vallecas, que es un barrio popular de Madrid. Las imágenes son estremecedoras como lo fue el asalto al congreso de Estados Unidos.
Creo que puedo afirmar que ambos casos, como otros cientos que habrá en todo el mundo se están "afilando" retroalimentando (por eso escribí lo de "turbo" en el título) por las máquinas de internet que nos seleccionan lo que nuestra mente apetece saber. Hoy en el segmento ultraderechista se hablará de la brutalidad de las izquierdas, como en la Guerra Civil, y en en ordenador de los de ultraizquierda aparecerá la brutalidad policial que protege a los fascistas. Y así más y más a gusto del personal, que ve permanentemente deformada la realidad.
Yo, por ejemplo, veo mucho youtube y me parece que el mundo está lleno de excelentes guitarristas clásicos y flamencos que cada vez tocan mejor, lo cual me deprime porque yo sigo tocando igual de mal, con lo cual me dan ganas de abandonarlo definitivamente. Pero seguro que cuando vuelva a ver un concierto de verdad con un guitarrista ante mí me daré cuenta de que algunas veces falla la nota, y que en algunos pasajes difíciles sufre, de que es humano. Y me dará ganas de tocar, como así sucedía antes.
Creo que con esto del encerramiento del Covid todas estas maldades del sistema se acentúan más, porque estamos más alejados del mundo real.
A ver si esto se acaba pronto y la gente vuelve a las calles y abandona un poco los reduccionismos de la razón al relacionarse de nuevo con la realidad y con los pensamientos, manías, gustos de mucha gente variopinta. Por bien de la sanidad mental mundial: dejemos de mirarnos al peligroso abismo de nuestro ombligo.
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