Hoy era un día bonito para mí: una institución cultural bejarana; el Casino Obrero, sacaba unas mesas a su puerta para vender por poco dinero libros de su biblioteca, libros discos o películas de las que acompañaban a la prensa o revistas a las que están suscritos, y libros donados. A esta mesa se le sumaban otros como SBQ solidario, alguna librería, y alguna asociación cultural de esta comarca, en resumen: era una fiesta del libro.
Por el bicho hoy no se hace y lo estoy echando de menos, ello me motiva a escribir ¿Cuánta gente está frustrada en casa, sin hacer todas las cosas que dan color a las vidas? Yo soy más bien solitario, de campo, que no me gustan las aglomeraciones, ni los pretextos para reunirse, además tengo 56 años y no tengo deseos especiales. A mis padres con 81 y 83 años y a su bastón y a sus achaques la covid, aunque no dejen de quejarse por esto, ya les estropea muy poco su vida, viven los "minutos de la basura", que son esos momentos del baloncesto de la NBA en los que el partido está decidido o están todas las figuras en en banquillo descansando. Mis minutos actuales no son mucho mejores, ni bailo, ni juego al fútbol, ni ansío fiestas familiares o locales donde relacionarme, encontrarme con gente inesperada o esperable...
Pienso en toda la gente que está verdaderamente frustrada en casa, ansiosa por desplegarse y vivir en la sociedad. En las que más pienso es en las adolescentes que pasan de niña a mujer, y se pintan y se ponen minifaldas ocupando la primavera como mariposas. Un tiempo breve, que caduca, mi hija que ya tiene 20 años, no se cuida o se cuida muy poco de esos lucimientos. Todas las niñas de catorce a diecisiete me dan mucha pena, animalillos enjaulados, mariposas con mascarillas en las alas.
Según desayunaba con la radio hablaron de un cocinero famoso, y pensé en la cantidad de cocineros famosos que se arruinaron en España. El establecimiento Llardy en Madrid donde comía Manuel Azaña y comieron tantos desde el siglo XIX hasta el todavía aciago 2021, donde llueve sobre el mojado 2020, aunque la causa se llame Covid 19.
España iba a ser un país de cocineros, conozco un montón de jóvenes, muchos hijos de amigos que estudiaban cocina, para hacer creaciones o simplemente porque en este país damos mucho y bien de comer a propios y visitantes. Cuántos están en casa con su formación sin estrenar, con los restaurantes que emprendieron llenos de deudas, cerrados, embargados por el banco, y lo peor, sin esperanza, porque toda la vida plena de muchas generaciones se ha convertido en años de la basura, y con este lastre pesado y fétido va a costar mucho salir a remontar la alegría.
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