Soy francófilo; amo muchísimas cosas de ese gran país: su urbanismo, sus catedrales, sus bolis Bic, su capital, su música impresionista... pero creo que lo que más me gusta son sus árboles. Aparentemente no salgo a Francia a ver grandes árboles, pero la verdad íntima es que sí. Disfruto como un niño, y escucharéis a dos niños en este video, así que no nos juzguéis como adultos.
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