Asistimos los pasados días a un juego del despiste. de perfiles bajos.
Los mossos de escuadra que "garantizaron" que todos los colegios electorales estarían desalojados a las seis de la mañana, incumpliéndolo demostraron lo amantes de la ley y personas de fiar que son. Pero el gobierno no se fio. Despiegue policial y resistencia por parte de las fuerzas de choque independentistas, y los mossos mirando al tendido.Toda la mañana se pisó el acelerador por la insurgencia para buscar las fotos de violencia deseadas por los independentistas, contra la Policía Nacional y la Guardia Civil. Objetivo conseguido, lo reconozco, pero eso era fácil.
Mi susto llegó cuando a medio día me entero que se suspende el partido del Barça. ¡Ostras! noticia internacional. Hay miles de millones de seguidores del fútbol en el mundo y todos iban a enterarse que algo pasa para que no juegue Messi. Pensé que la cosa iba en serio. Al parecer, las autoridades deportivas de la Generalitat habían consumado el golpe de estado deportivo, el golpe de efecto mediático, ordenando que estaban suspendidos todos los partidos de fútbol a partir de las 2 de la tarde. ¿Por qué solo el fútbol?, porque lo demás no importa. ¿Por qué a partir de las 2? porque el Barça jugaba a las cuatro.
Pero se supone que alguien se puso a levantar teléfonos y a advertir muy severamente de que con las cosas de jugar no se juega, que hay patrocinadores, cláusulas penales de televisión, aparte de perder seis puntos en el envite que pueden ser muy valiosos al final de la liga.
¿Y qué? que se bajaron los pantalones la mitad. Al final el club que es más que un club, el símbolo de Cataluña, claudicaba y se instalaba en la normalidad, con anécdota: el partido se está celebrando sin público.
Nada para chafamiento mayor, los disturbios se han enturbiado por un atentado yijadista en Marsella. Las imágenes de juguete tan laboriosamente buscadas, se contrarrestan con la realidad horrible y asesina del yijadista que hirió, mató y murió. Eso es importante y da miedo a todo el mundo.
Lo peor es que el Barcelona con las orejas gachas se rebela contra la Generalitat que pierde todavía más "credibilitat" y el Barcelona pierde los millones de la taquilla. Hace un rato iba ganando uno cero, ganará los tres puntos, pero ha perdido la "causa".
Y fin de este acto del vodevil 1-O, pero lo ha ganado el Estado otra vez.
Parece que la decisión de terminar jugando habrá creado fisuras internas en el Barça. ¿Y la decisión de la U.D. Las Palmas de entrar al trapo (nunca mejor dicho), incluyendo una pequeña bandera de España en la camiseta? Madre mía, cómo andamos con las fuerzas centrífugas y centrípetas
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