Lo de la monarquía no creo que
sea algo querido por los españoles. Fue un trágala que propuso Franco y ahí se
quedó. El actual rey fue lo suficientemente inteligente como para darse cuenta
que tenía que abrir el juego del poder y convertir a España en un país
homologado con el resto de los vecinos europeos. Era necesaria su iniciativa
para ello y supongo que ahí se asentó con la mayoría. Llegó a tener mucho
prestigio y a ser bastante querido por gran parte del pueblo. Era cercano y
como que le debíamos algo. Era cómodo, para nosotros y para él; se quedaba con
el cariño y lo del gobierno lo resolvían los políticos. Como no cometía
errores, -que se airearan, al menos-, daba la impresión de ser un lujo
razonable.
Yo no amo el “glamour” ni las
ceremonias. No necesito reyes para que corten cintas de inauguración y lean
discursos anodinos. Pero he escrito aquí que considero la monarquía lo más
barato y efectivo para estas cuestiones: un alto funcionario cualificado para
pompas y circunstancias.
Aunque la institución es
antidemocrática, el rey no me estorba; pero también, por principios, estoy en
contra.
No me parece prioritario ponerlo patas arriba, nos meteríamos en un
kilombo jurídico: al estar blindadísimo por la constitución, habría que
cuestionar a la vez muchas más cosas y más importantes. Atravesamos un río
revuelto y quizá lo más prudente es no tocar lo que razonablemente funciona;
con la excusa de la mudanza no se deben tirar demasiadas cosas; luego, cuando
se necesitan, no se encuentran.
Pero también creo que yo debería
empujar, ahora que está caliente el asunto: que el pueblo decida. Puede que la
mayoría de los españoles no quiera ya mantener el lujo. Desde luego, yo no
estoy por sostenerlo, pero tampoco voy a empeñarme en quitarlo.
Lo digo porque esta tarde hay
una concentración republicana en Béjar y no sé si iré: me parte mi jornada
hortelana. Irán amiguetes míos y así tendríamos un pretexto para charlar;
además, “pasarán lista”. Pero también
corearán eslóganes, levantarán el puño, exhibirán banderas republicanas... no
me gustan las ceremonias, ya lo he dicho; esto me coharta. Entonces, la siguiente
vez que vea a esos amigos, tendré que mentir que no me enteré. O tenía faena
extraordinaria en el huerto (calculo que la tendré durante los próximos cuatro
años, así que eso no es una buena excusa).
En resumen. Creo que si el rey
hubiera sido más taimado, habría convocado un referéndum sobre la monarquía
para legitimarse, cuando lo tenía a favor. Hubiera sido un despilfarro económico, pero se hubiera
apuntalado la institución. Lo lógico ahora es que ahora su hijo lo plantee para legitimarse y el resultado será más incierto. Contra esta
propuesta está que el referéndum se convertiría en algo que
dividiera más a los españoles. Aunque creo que a todos nos da un poco igual, en una campaña
todo se polariza y la gente estiraja la goma lo que puede y muchos “ se
calientan”. Aunque ganara saldría tocado, no sé si más de lo que está. Pero ahora la institución está cuestionada y el nuevo rey debería cuestionarse. Me
alegro de no estar en su pellejo, aunque él está entrenado para esta función.
Personalmente concluyo que debería ir a la concentración: la democracia es la
mejor salida. Pero depende de cómo me quede la faena en en huerto.
P.D. Al final acudí. A pesar de era una tarde maravillosa donde la primavera acababa de conquistar los parques y calles abarrotados, y que también pareciera que el republicanismo hubiera prendido en una parte de la sociedad española, y , estuvimos sólo entre treinta y cuarenta personas, (más un coche de la policía municipal y otro de la nacional en previsión de disturbios). Izquierda Unida nos invitó a un sorbo de champán en vaso de plástico y escuchamos canciones de Quilapayún, Rosa León, y el para mí, musicalmente, chabacano Himno de Riego, todavía peor que la "Marcha Real de Granaderos" Habría que hacer un nuevo himno español con letra sobre la música de la "folía española" o sobre Recuerdos de la Alhambra, como me sugirió un día mi amigo Luis Represa.
Bueno, que estaban los mismos cuatro gatos izquierdosos de siempre, y algunos se preguntarían quién era el tipo de bigote que hablaba con Gabriel Cusac. Como ahora estoy muy atlético pensarían que yo era un poli infiltrado.
El concejal de IU leyó un comunicado, que aplaudimos unánimemente pero cualquiera que midiera el entusiasmo con el que se inició el coreo de "España, mañana, sera republicana" sacaría la conclusión de que la monarquía peligra muy poco. La gente se miraba vergonzosamente y no se terminó ni siquiera una frase tan corta. En dos minutos, se había marchado la mitad de la gente. Yo aguanté otro par de minutos más porque Cusac me presentó a un amiguete suyo.
Pues ya estás fichado, si te han visto con el Cusac en una manifestación republicana. A partir de ahora, toca cuidar la reputación.
ResponderEliminary nos fotografiaron juntos: tomo prestada esta de Béjar noticias. es, aunque no parece que tenga mucha audiencia
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