miércoles, 19 de abril de 2023

"Testimonio de Dos Guerras" de Manuel Tagüeña, la clarividencia de un protagonista de película

Me gustan mucho los libros de la colección Espejo de España, y éste es de los mejores que he leído.

Conozco a Tagüeña desde el año 80 que me compré el especial de Grandes Batallas de la Guerra de España de Historia y Vida como uno de los figurones que salen con foto y reseña biográfica.



En este maravilloso libro de la portada cuenta en primera persona la vida de un niño bien: su padre fue topógrafo aunque murió temprano y su madre maestra; culto, deportista, aventurero y muy buen estudiante de ciencias, un físico-matemático veinteañero con curso adelantado por su brillantez académica que, mientras milita y se mete en líos, saca buenas notas, obteniendo sus consiguientes becas y postulaciones científicas y universitarias. La convulsa historia de los treinta se entrelaza con su vida y él nos la va contando con profusión de detalles y de nombres. Porque juega al rugby, estudia en los cursos de verano del palacio de la Magdalena de Santander, incluso está pensando en entrar a trabajar en la Fundación Rockefeler de Madrid para el otoño de 1.936. (sorpresa para mí que existieran estas cosas ya entonces)

Aunque ha tenido pistola, hasta ha disparado a las fuerzas de orden público; sobre todo, ha estado detenido en el golpe de estado de las izquierdas de octubre del 34, pero fue excarcelado por la incapacidad del Estado para manejar tanta crisis y tantos detenidos, tal es el descontrol que inmediatamente entra a ser profesor de instituto en Molina de Aragón, y después hace la milicia universitaria pasando miedo de que se sus superiores se enteren de su participación en el golpe, pero tiene suerte y se puede pasar una mili de señorito estudiante que le da tiempo a acabar en el año 36 aunque al final, por enterarse alguien y restarle eso un cero en conducta, no le aprueban el curso de alférez.

Cuando comienza la guerra él ya tiene formación militar, y mucha experiencia en gestión de milicia pues los partidos de izquierda tenían grupos paramilitares, y este joven se apuntaba a todo.

Me incorporé a la redacción de JUVENTUD ROJA. Dirigía este periódico Velasco, que encarnaba uno de los tipos más perfectos de funcionario comunista que he conocido. Nunca manifestaba opiniones que discrepaban con las de los jefes, trabajaba sin descanso por un sueldo mísero y cumplía con el mayor celo las órdenes recibidas.

Tagüeña es el grande del centro, con gafas.

Después nos narra su guerra en la que asciende de tal manera en el escalafon militar que en la batalla del Ebro, con 24 años nada más,  tiene bajo su mando a 70.000 soldados que cruzan el río, (lo descruzan, obviamente, muchos menos). El otro líder del ejército popular destacado es nada menos que Enrique Líster Fontán a quien le cabe la honra de protagonizar en un poema de Antonio Machado "si mi pluma valiera tu pistola oh Líster contento moriría". Don Antonio no murió contento, precisamente porque su pluma, salvo en este maldito poema de aliño, valía cien mil millones de veces cualquier pistola incluida la de este Líster famosa por dar escarmientos a los soldados u oficiales que  a su portador le parecieron cobardes.

Salen mucho Líster y Modesto, y Carrillo en el final de la guerra y también en los exilios soviéticos yugoeslavos y checoslovacos, los cuales, hasta que leí este libro, me parecieron dorados y cómodos en comparación con la posguerra que se vivió en España. Nada de esto: la vida de Tagüeña y su familia es un puro avatar de privaciones decepciones y de miedos (aunque fuera profesor en la soviética academia militar Frunze), es más de película lo que pasa en estos países en la segunda guerra mundial y en la subsiguiente guerra fría, hasta que muere Stalin, ¡qué brutos son los rusos siempre en las guerras!.


Ya sabéis los que me habéis leído más que soy enamoradizo y cuando algún libro me gusta, me gusta mucho y hasta me parece que éste es de lo mejor que puede leerse sobre la guerra civil y el comunismo. 

Aunque fuera concluido en 1969 y no se supiera cómo iba a acabar esa historia.

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