Uno de los comienzos más famosos de la literatura se encuentra en libro Ana Karenina de Tolstoi que arranca diciendo algo así como que todas las familias dichosas se parecen y las desgraciadas producen novelones que es lo que nos interesa a los lectores. Considero que todas las familias tienen su novela: estoy seguro de que no existe ninguna familia netamente feliz, por lo menos las que conozco tienen maleza, celos y recelos, reproches y proches y cenas de navidad varios días al año.
La novela que me regaló mi hija en estas fechas es los añicos de una historia familiar espejo de todas las familias: un espejo partido en cien pedazos y pegado a un marco en el que ya no caben más sus trozos porque no se sabe cómo narices recolocarlos, además permanecen esquirlas mal barridas alojadas bajo las alfombras, porque las bien barridas se fugaron definitivamente en una bolsa de basura.
Cualquier brillo familiar es producido por el azogue, que antes se hacía con mercurio, metal tóxico donde los haya (del que España, la mina de Almadén concretamente, ha sido de los mayores o el mayor productor de la historia). Uno cree que las familias españolas son las peores porque son las que más conoce, pero seguro que nos pasa a todos los del mundo con sus familias. España misma es una familia.
Cualquier familia genera toxinas, hongos, parásitos, gusanos... Las familias más unidas supuestamente serían las sicilianas porque trabajan en ello y tienen varios enemigos externos de los que se defienden a puñaladas o a tiros, pero seguro que, internamente, tampoco son felices.
Este libro es uno de confesiones, magistralmente escrito por el mejor escritor vivo en lengua castellana y parece, por todas las críticas que le acompañan y por las cifras de ventas, que mucha gente se ha visto reflejado en él, o reflejados "amigos" suyos. Yo me lo he leído de un tirón con gran placer de hacerlo a veces en voz alta. No sé que esperan los del Cervantes o los del Nobel para hacer justicia a este escritor.
POSDATA Hay que leerlo pronto, porque la familia que conoció mi generación evoluciona o definitivamente perece. Hoy hay familias pocoparentales también hechas añicos a la manera posmoderna con sus variantes sexuales o polisexuales, con todo el dinero acumulado en cada vez menos personas y las evasiones espúreas que nos proporcionan los bichos de comunicación y aislamiento que se han colado en nuestras vidas, como la cizaña, que al fin y al cabo no es más que una planta que tiene que estar ahí porque es lo suyo, (peor es matarla a cañonazos de plaguicida).
Esto es lo peor, que la familia española desaparece y habrá que escribir otros novelones.
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