jueves, 22 de agosto de 2019

Zaniki, una película para no ver.

Especialmente si se es seguidor de los Mayalde. Como tantos que los han visto sobre un escenario, yo soy devoto de esta sagrada familia y lo puedo demostrar:
https://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com/2013/07/eusebio-mayalde-el-luthier-charro.html
https://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com/2013/07/la-bodega-de-capirro.html

Hace casi dos semanas me salí de un festival de música que me estaba gustando por satisfacer esa devoción. Una película en cine sobre la relación del abuelo Mayalde con el mayor de sus nietos. Había por ahí un anticipo de imágenes bonitas de un tractor arando y mutando el amarillo de un campo por el color de la tierra. ¡Qué bonito!

 Aunque no parecía que tuviera mucha vida comercial, porque ellos en su página, de la que soy seguidor,  anunciaban el acontecimiento de que se iba a poner en algún sitio.
Bueno, una historia intimista, tan distinta de las violentas que se ofrecen a los que van al cine, que deben ser jóvenes en su mayoría, no puede extrañar que no tenga recorrido en las salas.

Pero no es por eso, es que Zaniki es "una mierda pinchá en un palo". Cuando el director de una película dice al al público antes de la proyección que solo va a durar hora y cuarto, es que tiene ya conocida experiencia (a pesar de los pocos pases que ha habido) de que a la gente se le hace larga, y se sale. Así hicieron algunas personas, desde mi primera fila oí no pocos golpes del asiento retráctil contra el respaldo y cómo la gente ganaba el pasillo central para huir sigilosamente.

Después de la proyección había debate con el director. Hubo gente que se salió en ese momento, con la descortesía que supone hacer esto en la cara del autor de algo. Yo, ya que me había perdido el otro buen espectáculo, deseé apurar esta purga hasta el fondo y me quedé.
Como nadie preguntaba, -bueno, hubo un par de preguntas sobre las localizaciones geográficas (todas de la provincia de Salamanca)- el director nos contó la génesis, como diciendo que casi todo era idea de Eusebio Mayalde, (que él se había dejado hacer, ¡vaya!, como los niños cuando les pillan). Este director de cine, cuyo nombre ni me acuerdo ni quiero acordarme, le admiraba desde hace años y le había propuesto hacer "algo".

Bueno, pues cualquiera que se haya visto en ésta sabe que eso es justamente lo que no se debe hacer nunca: voy a escribir una novela a ver qué me sale, voy a pintar un cuadro a ver qué me sale..., pues si dices eso con una película sale esto, que es mucho más caro, y luego tienes que hacer porque lo vea la gente para recuperar algo de lo invertido.

Una historia corta que se resume en que un abuelo que recibe la noticia médica de que va a morir decide transmitir su filosofía a su nieto, llevandosele a acampar por ahí. El niño recupera su autoestima con la sabiduría recibida y el abuelo, cumplida su misión vital y después de hacer una serie de majaderías animistas, se practica la eutanasia con escopeta a fin de que nadie sufra por él.

El director nos subrayó  -insisto, sin que nadie le preguntara- que esto último había sido idea de Eusebio Mayalde. Yo creo que el director, aunque no tenga muchas luces para lo suyo, sí sabía leer en la cara de decepción y bochorno que teníamos los que permanecíamos en la sala. Por mi parte pienso en contrapartida que si todos nos fuimos con mal cuerpo a casa, él debió tenerlo peor.
Nos dijo para terminar, que el nieto, Zaniki, que es como le llaman al muchacho en casa, lloró en el estreno, porque creía que su abuelo se había muerto.

Seguro que un poco murió Eusebio Mayalde para todos los que vimos esa película. Él, que milimetra tanto sus espectáculos, que sabe contar historias con más gracia que nadie, que tiene originalísimas ideas de puestas en escena, la había cagado soberanamente en una pantalla grande.

Lo único que se salva es lo documental: por ejemplo cuando se pone a hacer música con las tejas de un tejado. Por cierto, la toma de sonido soberbia, parece algo que sí sabe hacer este director de cine.

Con Mayalde se puede hacer un documental puro, entretenido y brillante, contando lo que hacen y cómo lo hacen, que son unos artistas; sin más historias. Pero hemos perdido esta oportunidad para siempre.

Creo que nunca he sido tan cruel con nadie, cuando más alto sube uno las esperanzas mayor golpe se dan en la caída.
Espero olvidar pronto este mal trago.

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