domingo, 8 de enero de 2017

La emoción de un cuadro.

Me gusta cumplir las normas. Al entrar en la Catedral de Toledo vi el cuadro de una serie de prohibiciones, entre otras una cámara tachada: la seguí, pero veía que la gente hacía fotos, incluso delante un vigilante, -que, por cierto, miraba sus guasas en el  teléfono móvil-.
Vaya cachondeo, ¡qué pensarán los turistas de nosotros! Pero entonces volví a mirar el panel de prohibiciones: ¡ah! era una cámara con flash.
Entonces me lancé a hacer fotos. Alegrémonos.

hay un Tiziano, Goya, Velázquez, incluso un Caravaggio; pero quien justamente preside la sacristía es el Expolio de El Greco. 
a un ateo le dan ganas de postrarse 
tratas de hacerte con él de llevártelo desde cualquier ángulo

como está permitido, me llevo detalles

siento que abuso, que idolatro



 pero no es así: el capturado, aunque me aleje, soy yo

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