También me quedé mirando a una estrella cualquiera pensando que podría ser una de las que albergue vida inteligente, pensando si en ella alguien mirará a nuestro sol pensando lo recíproco. Nuestro mundo es tan bello.., pero visto desde cualquier lugar del universo no se apreciará, subsumido en la luminosidad de nuestra estrella.
Siempre me da vértigo pensar en los confines. Ayer vi un documental sobre Magallanes donde, algunos marineros, todavía tenían el pensamiento de que podrían encontrar (y despeñarse en ella) la gran catarata donde morían los mares. Todo lo desconocido siempre se torna en inconcebible, en vértigos de comprensión.
A mi me hiere el pensar en el infinito, en el vacío que habrá después de la última materia, un vacío ni redondo ni cuadrado eterno de todas las eternidades, sin vida ni esperanza ni caridad para los que nos perdemos pensando. Aunque toda la vida el cielo azul nos haya mostrado cómo puede ser eso.
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