miércoles, 8 de enero de 2014

Quiero seguir siendo.

Es una forma de vivir, de renacer en el tiempo, aunque me hurte existencia presente el mecerme en la melancolía.
Quiero seguir siendo de mi pueblo, que siempre será Cardeñosa; de la Ávila de mis adolescencias y de mis paseos de novio; de la Salamanca de mis estudios, ocios y trabajos, y del nacimiento de mi hija; de la Zamora de su primera niñez a mi cuidado; de la Zaragoza donde estuve sumergido seis meses en aquella fábrica que tanto me enseñó; de las Arenas de San Pedro que me rescataron de la fábrica y me reinsertaron a la placidez, la libertad y el campo, de la Cáceres que me dio un amigo y me volvió a poner de pie en la economía y en la sociedad, tras dos años de paro...
Pero hoy quiero seguir siendo del Barranco de las Cinco Villas, la tierra más bonita para mí, aunque ya tenga mi propia tierra húmeda y fértil en Béjar. Debo mucho a ese lugar, donde hice amigos, donde mi autoestima me dijo que por fin tengo una misión social: explicar, contar y redimir, aunque sólo sea vertiendo el sufrimiento que causó allí la guerra civil. El agradecimiento y la simpatía de todos los viejos con los que hablé, el reconocimiento que tuve y que tengo de mi sabiduría acumulada en aquellos cinco años de campo, sierra y montaña, en los que  fotografié sus luces más a ninguna otra cosa o persona: pasan de de diez mil las hermanas de esta fotografía. Quiero como esos propósitos/balances de principios de año, renovar mi amor públicamente.
Quiero seguir siendo


PD.No he sabido donde meter Ayllón en Segovia: mi primer trabajo redentor, mi primer coche y mis primeros viajes y fotografías, también fui de allí.

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