La crisis es algo que inunda todo. En España
tenemos dos problemas: el paro y la deuda. Pero no existe ningún problema
“material” de supervivencia: todos comemos y todos tenemos donde cobijarnos.
Existen, además, 2 ó 3 millones de casas vacías. Y creo que -cada vez menos-
todavía se tira mucha comida.
No sé cómo saldaremos la deuda, pero es
lógico pensar que del paro sólo saldremos repartiendo el trabajo que haya.
Porque es evidente que no vamos a salir
construyendo más casas, ni más coches; hay demasiados. Tampoco ordenadores,
tablets, teléfonos móviles, bombillas de bajo consumo, cámaras fotográficas...;
de esto estamos sobreabastecidos y los bajos salarios, la industria y el saber
hacer, lo tienen entre China y otros dragones de bajos salarios y los países
que les proveen de tecnología punta. No existe en nuestro país mentalidad para
jugar en esa competición, ni por arriba, creando tecnología; ni por debajo,
trabajando como chinos.
Lo que tenemos como país es que reflexionar
severamente por qué hemos comprado tantas cosas que no necesitábamos: grandes y
lujosas casas, grandes y lujosos coches, grandes y lujosos trenes, grandes y
lujosos pabellones deportivos o auditorios, hospitales, universidades, ¿Por qué
-aún en la crisis- siguen comprando grandes y lujosos futbolistas?
Necesitábamos poco y estaba en nuestra mano;
porque producimos o podemos producir comida
en cantidad razonable y variada, productos industriales, coches,
frigoríficos, educación cultura, salud, vestido, calzado... ¿Por qué hemos
creído que teníamos derecho a todo lo que se nos antojara?
La diferencia la vamos a pagar; ya la estamos
pagando. Paro, estrés, Un tiempo que podía ser de ocio fructífero y tranquilo
se transforma en tiempo de paro, estrés depresiones, frustración de expectativas
vitales, menos hijos... Y el tiempo que
se nos va en ocio podrido, es exactamente igual de improductivo en términos
económicos, que si hubiéramos tomado sólo lo razonable.
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