viernes, 21 de febrero de 2020

"Puedo dejarlo cuando quiera"

Esa es la típica frase del fumador. Por supuesto, es falsa. Denota una potencia que la mayoría de la gente no tiene así como se define. Los que lo hemos dejado, (yo hace más de 30 años) no solemos conseguirlo a la primera, yo al menos no lo conseguí, luego no es tan fácil.

Traigo la frase y el sentimiento soberbio que expresa porque pienso o quiero pensar que internet no me manipula, no conseguirán que me compre un coche nuevo hasta que no me falle el que tengo, no consiguieron que me comprara la motosierra que me anunciaron cuando busqué motosierras, no han conseguido que pinche en los anuncios de los implantes dentales, porque confié, y creo que he acertado, en una clínica que me recomendó una compañera de mi mujer. No consiguen que vaya al cine, ni tampoco que me abone a una plataforma de fútbol. Tampoco que haga donaciones a Green Peace o a Médicos sin Fronteras, ni que busque "solteras en la zona de Béjar" que también me las ofrecen a pesar de que puse en mi perfil de Google que soy casado. En cuanto al seguro de mi coche, lo tengo a terceros contratado con la compañía más barata que encontré en internet.

No se me ocurren más intentos de "llevarme al huerto" que los que he expuesto, de los que me han hecho o me están haciendo. Pienso que como soy consciente e inteligente nunca me manipularán, así que todo ese conocimiento que sin duda acumulan sobre mí no les está sirviendo, al menos económicamente, y creo que políticamente tampoco. Aunque evidentemente voto, siempre salvo una vez, en los años 80, lo he hecho y desde esas fechas nunca voté "a favor de" sino para penalizar a los otros con mi voto al menos malo.

No quisiera caer en la prepotencia del "puedo dejarlo cuando quiera". Algo tiene que haber cuando tanto lo pagan "los rusos" o Hawei o Facebook etc.  mi invulnerabilidad se basa en mi cultura, y en que estoy alerta, pero esa presumida invulnerabilidad puede que me haga vulnerable porque me creo superior a los consumistas que caen en esas trampas o a los votantes que votan "el que los malos programan para que sea el más votado".

Creo que las redes sociales y los manipuladores que manejan nuestros datos para enviarnos ofertas a nuestra medida, se benefician de la incultura y comodidad que, por otra parte, promueven. Seguramente a vosotros y a mí, que tenemos una cultura libresca, bases sólidas y antiguas , no podrán colarnos más que un poco de vez en cuando, de poca importancia y porque nos pillen con "la guardia baja".
Ahí está el quid de la cuestión. La cultura crea anticuerpos contra la manipulación, pero si toda la cultura va a entrar por pantallas... Son temibles las próximas generaciones.

No quiero ser alarmista. Tampoco debo creerme más listo que toda esa gente que trafica con nuestros gustos para conseguir un fin económico. En el negocio del siglo no están pensando en mí, eso quisiera, pero no quiero pasarme de listo.

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