Pensando en pensamientos fatales y se me figuró la madre de un técnico canadiense que hace cosa de mes y medio viviera en Irán. La pobre mujer seguramente siempre estuvo molesta porque su hijo eligiera para trabajar a un país así de complicado.
-Es que lo pagan muy bien, trabajo en mi especialidad y además es un lugar maravilloso.
La mujer se cargó de razón cuando Estados Unidos asesinó a un general Iraní y los iraníes anunciaron represalias.
-Hijo, sal en el primer avión que encuentres.
-Si, mamá, esta vez te haré caso. He encontrado vuelo en un avión ucraniano. La gente de aquí está asustada y se marcha al campo para huir de los bombardeos de los americanos. Pero todavía no ha pasado nada.
La precipitación de un controlador aéreo iraní aterrado identificó como un misil estadounidense al avión ucraniano que huía. Los misiles defensivos fueron disparados y dieron en el blanco.
Hasta ahora no ha habido más muertos, que yo sepa.
El destino maneja unos porqués que la razón no entiende. Menos la de una madre.
Hay un cuento de "las mil y una noches" en el que la muerte, precisa, encuentra a un hombre que huía de ella.
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