domingo, 31 de diciembre de 2017

Con el año recién estrenado...

Oyendo estúpidos petardos (que no hacen nada más que para molestar, no alegran, los que los tiran son insociables, no comunican nada, no ligan) hago vigilia esperando que pase el tiempo que he dado a mi hija para que vuelva en su primera noche de año nuevo.
Hoy es un día triste para todos los padres de España porque apareció el cuerpo de una chica rica, cuyo nombre nos habíamos aprendido, llamada Diana Quer, que hoy sabemos  que tuvo la mala suerte de encontrarse con un depredador sexual que la intentó violar, la mató y arrojó a un pozo. Como su familia era de clase alta, el caso se mantuvo vivo por las televisiones, con sucias especulaciones, que al cabo ayudaron a que no muriera en la atención del público, pero que ahora se revelan vergonzosas, apestosas, escarnecedoras.
Un padre y una madre amputados para siempre de su hija adolescente que salió a divertirse y ellos se lo permitieron porque no fuera menos que los demás chicos y chicas de su edad, como he hecho yo hoy.
No es un buen día, pero la libertad es así: vivimos en un país bastante seguro, nosotros estamos en una pequeña localidad de menos de 15.000 habitantes que más o menos se conocen y es razonable permitir esas expansiones de la juventud. Creo que es más razonable más que prohibirlas, todos hemos sido jóvenes, y, realmente es el momento. Ya me queda menos tiempo para abrigarme y salir a buscarla.
Que tengamos todos feliz año.

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