viernes, 6 de mayo de 2016

SOBRE EL HECHO RELIGIOSO CONTEMPORÁNEO

Es raro que dieciséis años después del año dos mil las noticias sigan girando tanto en torno a esa actividad/pasividad tan acientífica. El año dos mil, que mi generación  veíamos como ciencia-ficción, en lugar de la ciencia, en las noticias encontramos que domina todavía la ficción.
Pienso que las religiones más pujantes, (y con esto quizá me contradiga algo con mi artículo sobre los sacrificios humanos) http://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com.es/2016/04/sacrificios-o-eugenesia.html son las que presionan a sus fieles, piden más entrega, más sacrificio; más fe y menos razón.
Sí. Porque parece que una religión como la familiar religión católica, que ya comprende públicamente la homosexualidad “¿quien soy yo para decir que una persona gay no puede entrar en el reino de los cielos?” -dijo el Papa- carece de garra. Creo que lo último de este hombre es que ha dado de  comulgar a unos divorciados.
No sé si los católicos siguen comiendo “de viernes” durante la cuaresma,  que era lo más exigente -por decir algo-, que yo he conocido. Un mero atavismo residual; nada que ver con las ordalías o Juicios de Dios de la Edad Media. Hoy tienen enfrente la dura competencia cristiana de los evangelistas, que están constantemente leyendo la Biblia, y a los testigos de Jehová, que están constantemente dando la vara, y me parece que se  llevan a su redil a muchos de los creyentes más dispuestos y entregados.

Es decir, que a medida que se hace razonable, incluyente y cómoda,  una religión menos religiosa es. La católica viene evolucionando desde lejos, en la Baja Edad Media ya surgi el énfasis en la dulzura de la Virgen María, que una madre siempre es más comprensiva. Las últimas guerras puras de religión en Europa fueron de Carlos I y Felipe II.  Luego han podido ser “telón de fondo”, pero ya nunca más la causa principal. Nada tiene que ver con la más machista religión islámica, tan espartana que impide comer y beber agua al sol del mes de Ramadán, y busca expandirse hasta por la "guerra santa".

Imagino que las biblias de los misioneros católicos en África, tan devaluadas por la razón, poco tienen que hacer frente a los coranes, portados por otro tipo de proselitistas con el más “actualizado” mensaje reaccionario y antioccidental, que pueden exhibir como carta de presentación los musulmanes.

Y ahí tenemos a Francia y Bélgica, con los soldados desplegados de tres en tres por las calles, llevando el dedo índice cerca del gatillo de sus fusiles de asalto. Esto nos importuna más que atentado semanal en Siria, Irak o Pakistán, terribles carnicerías de muertos sin nombre. Pobres muertos en la edad de los teléfonos que permiten gratuitamente saludar por escrito a cualquier parte del mundo, de los coches que se aparcan solos, de los proyectos de mandar hombres a Marte...

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